La "otra lectura" de la afición por un buen libro

AGENCIA EFE 11/09/2010 10:12

La conquista de un reino, una tempestuosa relación amorosa o un maquiavélico asesinato son algunas de las historias que se pueden vivir a través de la lectura, siempre y cuando las condiciones físicas o mentales de la persona no le impidan disfrutar de esta afición.

Para fomentar el acceso a la lectura de todos los madrileños, sin que importen barreras físicas, psíquicas o sensoriales, la Comunidad de Madrid creó en 2007 el servicio de Telebibliotecas, orientado al préstamo de obras para mayores de 70 años y personas con discapacidad, física o mental, igual o superior al 33 por ciento.

Así lo ha manifestado, en declaraciones a EFE, la directora de Archivos, Museos y Bibliotecas, Isabel Rosell, responsable de esta iniciativa, de la que ha dicho que "no es para colectivos, sino para personas, para individuos" y que fomenta "la igualdad efectiva del acceso a la lectura".

Según Rosell, este servicio a través del 112 establece una relación "especial" con los usuarios e incluso algunos preguntan directamente por algún trabajador en concreto o envían cartas de agradecimiento.

Joaquina, una vecina del municipio de Leganés, es usuaria de este servicio y reconoce que a sus 72 años dedica entre tres y cuatro horas al día a la lectura desde que enviudó, hace ahora cinco meses, porque estas historias "la distraen mucho".

"Mi hija esta muy pendiente para ver cuánto me queda de los libros y de que no me falte la lectura", explica esta mujer, que lamenta que antes, en su juventud, no hubiera "muchos estudios".

Acaba de terminar "Un burka por amor", de Reyes Monforte, obra que ha conseguido emocionarla, según explica, porque a veces "me ponía triste" a la vez que la protagonista.

Otro de los usuarios de Telebiblioteca es Carmelo, jubilado de 77 años y ciego de nacimiento, que desde su casa en el barrio de La Latina recibe obras de los escritores del siglo XIX, "encabezados por Benito Pérez Galdós", títulos que prefiere a la literatura novelística de hoy día, que considera "muy vulgar".

Carmelo es uno de los primeros usuarios de este servicio, al que se apuntó cuando la crisis obligó a la ONCE a suprimir el reparto de libros en braille, y confiesa que "la lectura" es su vida desde que a los siete años aprendió a leer a través del tacto.

"El enigma de Ana", de María Teresa Álvarez es la obra que ocupa ahora las horas de Carmelo, quien también compra obras en braille para, una vez que las termina, enviarlas a Iberoamérica, "porque no tienen la disponibilidad que tenemos nosotros y les viene muy bien".

La novela negra y los libros de autoayuda son los géneros que prefiere María Teresa, joven universitaria de 26 años que padece parálisis cerebral y que comenzó a utilizar la Telebiblioteca por ser un servicio "muy cómodo", hace ahora un año y medio.

"La lectura me da experiencias que no puedo vivir en la vida real", explica a Efe esta vecina de Chamartín que actualmente lee "Invisible", de Paul Auster.

Las Telebibliotecas son un servicio de préstamo y devolución a domicilio en 48 horas, que cuenta con 1.300 usuarios y un fondo editorial de 19.000 documentos (unos 15.000 libros y en torno a los 4.000 audiovisuales) disponibles a través del carné de bibliotecas de la Comunidad de Madrid.

Este servicio esta disponible a través del 112 o en www.telebibliotecas.org.