El artista chino liberado hoy pide a Cameron que desafíe a Pekín en materia derechos humanos

AGENCIA EFE 08/11/2010 04:40

En una carta publicada hoy en el diario "The Guardian", Weiwei -que recientemente inauguró una exposición sobre semillas de girasol en la galería Tate Modern de Londres- cree que Cameron debería decirle a Pekín que el mundo civilizado no puede ver a China como un país civilizado si no cambia su comportamiento.

"Creo que Cameron debería pedir al Gobierno chino que no haga 'desaparecer' a la gente o encarcelarle porque tenga opiniones distintas. Ninguna nación puede sobrevivir y cumplir los mayores desafíos, si no tiene gente con opiniones diferentes", señala el artista y activista pro derechos humanos.

"China debería contar con una sociedad abierta para analizar diferentes asuntos e ideologías. No puede simplemente poner las mejores mentes detrás de las rejas. Hay demasiados casos de esto", puntualiza Weiwei, quien fue puesto bajo arresto domiciliario el fin de semana para que no pudiera organizar una fiesta de protesta en Shangai porque las autoridades querían demoler su estudio.

"Cameron debería decir que el mundo civilizado no puede ver a China como país civilizado si no cambia su comportamiento. No creo que estos sean valores occidentales. Estos son valores universales. Nadie está obligando a China a que acepte valores de fuera (de sus fronteras), sólo se pide que escuche a su propia gente", agrega.

Weiwei recuerda que la libertad de expresión y el acceso a la información son limitados en China.

El periódico "The Guardian" dice que es muy raro que haya gente desaparecida en China, pero hay preocupación sobre la suerte del abogado especializado en derechos humanos Gao Zhisheng, al que no se le ha visto durante meses.

Se espera que en su visita a China, Cameron aborde el caso del Premio Nobel de la Paz 2010, Liu Xiaobo, que cumple una condena de once años por solicitar reformas democráticas en su país.

Ai, que reside y trabaja en Pekín, aseguró que la demolición de su estudio no se debía a cuestiones inmobiliarias, sino a su proclamado activismo en todos los frentes y a sus críticas, a veces furibundas, contra el régimen chino.