Asediada por una pandemia que se aproxima a los tres millones de casos y los 200.000 muertos en todo el mundo, España, el país más castigado en Europa por el coronavirus, poco a poco comienza a atisbar esperanza en el horizonte. Tras más de 207.000 casos y más de 23.000 personas que han perdido la vida por el COVID-19, los marcadores que dan cuenta de la evolución de la pandemia muestran señales que permiten a las autoridades sanitarias afirmar que, por fin, “estamos doblegando la curva”. Fue este viernes 24 de abril cuando el propio Ministro de Sanidad, Salvador Illa, lo afirmaba por primera vez después de que los datos del balance oficial recogiesen “más curados que contagiados”; un mensaje que entonces, al igual que ahora, debe interpretarse desde la más absoluta cautela ante un virus del cuál aún se desconocen muchas cosas y del que, como también manifestó Sanidad a través del director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, verdaderamente serán “difíciles de conocer” las dolorosísimas cifras reales.
En este contexto, de lo que ya no hay duda es de que la evolución de la epidemia sigue una tendencia descendente que demuestra que el grandísimo sacrificio realizado a través del severo confinamiento está dando resultado. Desde que en el marco del estado de alarma decretado en un ya lejano 14 de marzo entrasen en vigor las restrictivas medidas de aislamiento, distanciamiento social y reducción de movilidad, la situación ha mejorado considerablemente y es por ello por lo que el Gobierno ha anunciado el inminente inicio de la desescalada. Será “lenta”, “gradual” y “asimétrica” y tendrá su arranque al inicio de mayo, tal como precisaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este fin de semana.
Después de que los niños, tras más de 40 días de confinamiento, hayan podido pasear por fin por las calles, lo próximo será permitir, a partir del 2 de mayo, las salidas para hacer deporte individual y para dar paseos que se podrán realizar con las personas con las que uno convive.
El camino de la desescalada será largo, y de hecho, ni Sánchez ni su equipo se aventuran todavía a poner fechas concretas para cuestiones como la reapertura de negocios. Al margen de la estrategia de transición recogida por las autoridades sanitarias, muchas de las medidas a decretar permanecen siendo inciertas, pero expertos de toda España ya se emplean para facilitar ese trabajo y para salvaguardar la seguridad del ciudadano cuando, por fin, todos podamos salir también del confinamiento y volver a pisar las calles.
En este contexto es en el cual un grupo multidisciplinar formado por una decena de especialistas ha desarrollado durante las últimas semanas un manual colaborativo elaborado en red bajo el nombre de ‘Recomendaciones municipales de movilidad ante la desescalada por COVID-19’. En él, se integran datos, conocimientos, experiencia y recomendaciones de ambientólogos, arquitectos, urbanistas, geógrafos, sanitarios, ingenieros industriales y diferentes especialistas en actividad física deportiva, movilidad urbana y accesibilidad universal, así como docentes e investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
Disponible de manera gratuita y en código abierto, se puede descargar desde la web de la Asociación Nacional de Búsqueda y Salvamento (NASAR) una de las entidades colaboradoras en este trabajo que busca, esencialmente, garantizar una movilidad segura en calles y espacios públicos, ya sea en pie o en bicicleta, en el marco de la crisis provocada por el coronavirus y con el ánimo de que el manual pueda contribuir como estudio previo para preparar a los municipios y a sus ciudadanos ante la inminente desescalada.
En este sentido, el manual repara en la importancia de delimitar bien el espacio en el que vaya a moverse el individuo y el uso que vaya a hacer de ese lugar. Por ejemplo, el aforo de un espacio habrá de delimitarse cuidadosamente teniendo en cuenta que, debido a las necesidades de distanciamiento social, no puede ser el mismo para el que fue diseñado en su momento. Dada la forma en que se propaga y contagia el COVID-19 y su capacidad para mantenerse suspendido en el aire, resulta imprescindible, recalca el documento, definir correctamente el denominado ‘Espacio Seguro Recomendado’ (ESR), es decir, el espacio mínimo recomendado para evitar riesgo de contagio por coronavirus.
A este respecto, los expertos señalan que se han de tener en cuenta múltiples factores, como por ejemplo la velocidad de desplazamiento del individuo, la actividad que realiza en ese movimiento o las condiciones meteorológicas, variables que resultan determinantes para definir el ESR.
En este sentido, indican, el movimiento y la velocidad de desplazamiento van a depender de las características físicas y psicológicas de las personas, de la fatiga, así como de las características del espacio público en el que se desplazan. La razón es sencilla pensando en un ejemplo: el movimiento de un adulto sano de 30 años no va a ser el mismo que el de un niño de 4 años, que estadísticamente tiende a dibujar movimientos más impredecibles y realizar más deambulaciones. Al igual que no se mueve a la misma velocidad un adolescente que un anciano. Por este motivo, los expertos realizan distinciones a la hora de analizar cuántos metros de distancia, tanto longitudinal (la que va en el sentido del desplazamiento, la distancia que debemos mantener con la persona que tenemos delante y que sigue nuestra misma trayectoria) como la lateral (la distancia a ambos lados, debido a las partículas desprendidas al hablar, toser o estornudar), y la de nuestro alrededor, la de nuestro espacio personal. Y en esta línea, de igual manera, no es lo mismo la forma en que se van a propagar esas partículas si estornudamos yendo en bicicleta que si vamos andando o corriendo.
Con esto en cuenta, algunas de las recomendaciones son:
Por último, y entre otros, el manual también se refiere a la importancia del uso de la tecnología para trabajar en esa búsqueda de la seguridad ciudadana. En este sentido, se recuerda la gran importancia de mantener a la sociedad bien informada y se recomienda el uso de aplicaciones diseñadas para mejorar la movilidad, para monitorizar los desplazamientos y la ubicación de los usuarios, así como, en esta línea, mapas de geolocalización interactivos para que la población pueda contemplar la situación en tiempo real y decidir así hacia dónde ir.
El manual ‘Recomendaciones municipales de movilidad ante la desescalada por COVID-19’ pretende también enriquecerse con las futuras medidas gubernamentales para aplicarlas a nivel municipal, facilitando que puedan ser implantadas de forma más ágil y eficiente. El coordinador del mismo es Manuel Jabalera, técnico de Emergencias del GREA, y forman parte del equipo redactor Cristóbal Medialdea, Antonio Tejada, Mariela Fernández-Bermejo, Palma Chillón, Jacinto Garzón, José Luís Martínez, Alberto Mínguez, Agustín Aranzana, José Romero y Jordi Tatay.
Además, cuenta con la supervisión y aportaciones de profesores del Departamento de Ordenación del Territorio de la Universidad de Granada y con el apoyo de la Diputación de Granada que lo va a difundir entre los pueblos granadinos, otras diputaciones, la propia Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), de la mano de su propio presidente José Entrena Ávila que ve con buenos ojos y gran utilidad este documento. El Ayuntamiento de Guadix por su parte, va a llevar a cabo una prueba piloto de esta guía técnica donde también han colaborado Ciudad Accesible, Fundación Habitable, Asociación Nacional de Búsqueda y Salvamento (NASAR), Biciescuela Granada, Esri España y GIS4TECH.