Ya son más los estadounidenses que mueren en su casa que en los hospitales

  • Las muertes en residencias de ancianos también han disminuido en los últimos años

  • Las personas mayores, hombres y blancos tienen más probabilidades de morir en casa

Por primera vez desde principios de 1900 están muriendo más estadounidenses en sus hogares que en los hospitales, una tendencia que refleja una mejoría en la atención a los mayores en sus últimos días y en su calidad de vida, puesto que rara vez se considera una 'buena muerte' fallecer en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

De hecho, las muertes en residencias de ancianos también han disminuido, según un informe publicado en el 'New England Journal of Medicine'. Lo cual "es una buena cosa. La muerte se volvió excesivamente medicalizada durante el siglo pasado, y estos datos muestran un alejamiento de eso", explica el autor principal del estudio, el doctor Haieder Warraich.

Una colaboradora de Warraich, la estudiante del posgrado Sarah Cross, utilizó estadísticas de salud del Gobierno sobre muertes por causa naturales, en lugar de accidente u homicidios, de 2003 a 2017. El porcentaje ocurrido en los hospitales cayó del 40 por ciento al 30 por ciento durante ese periodo, mientras que en las residencias de ancianos cayó del 24 por ciento al 21 por ciento. Sin embargo, las muertes en hogares aumentaron del 24 por ciento al 31 por ciento.

Más conclusiones: Las personas más jóvenes, las mujeres o las minorías raciales tenían menos probabilidades de morir en casa que las personas mayores, hombres o blancos. Los pacientes con cáncer tenían mas opciones de morir en el hogar; mientras que los diagnosticados con demencia lo harían en una residencia de ancianos.

Las personas en el siglo XXI no solo viven más tiempo, sino que a menudo pasan más años al final de la vida con enfermedades crónicas. El reto ahora es que esa mayor longevidad puede equipararse con menos discapacidades físicas y mentales en esos últimos años.