En unas semanas los niños de toda España empezarán, si nada cambia, los colegios. Y a partir de los seis años lo harán con mascarilla. Así que a los libros, mochilas, ropa y demás material escolar se une este septiembre la compra de mascarillas -los que no tengan ya- y con ellas, las dudas: ¿qué mascarilla le pongo al niño? ¿Cuántas necesita para cada día? ¿Cómo le enseño a ponérselas?
Dos pediatras, un médico preventivista y un farmacéutico responden a todas las dudas de los padres sobre las mascarillas.
Alberto Torres, médico preventivista miembro de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) explica el propósito de la obligatoriedad de las mascarillas: "Lo que necesitamos es una protección respiratoria que impida que las gotas que producimos al hablar, o al cantar, salgan fuera, porque en esas gotas viaja el virus". La conclusión es fácil: si ninguno de los niños expulsa al exterior gotas donde pueda alojarse el virus, no habrá virus en el ambiente para contagiar.
La Sociedad Española de Salud Pública recomienda, en su página web, el uso de mascarillas caseras o sin etiqueta "cuando no se tenga acceso a una homologada". Y ésas precisamente, las homologadas, son las que recomiendan la mayoría de los expertos. Las mascarillas homologadas han demostrado su eficacia, mientras que otras no.
Lo opina Fernando Cansino, vocal del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla: "No sirve cualquiera. Tiene que ser una mascarilla homologada y que cumpla la normativa, para que realmente evite que se expulsen fluidos al exterior".
Dentro de las mascarillas homologadas, hay varios tipos:
En definitiva, las higiénicas son suficientes para evitar la transmisión masiva de virus en el colegio, son las más económicas -y hay que tener en cuenta que se necesitarán bastantes- y las que permiten mejor respiración a los niños.
En mayo el Gobierno publicó una guía sobre mascarillas que contiene especificaciones sobre las mascarillas higiénicas reutilizables, que son en definitiva las de tela.
Según las autoridades sanitarias las mascarillas de tela que protegen de la transmisión de la COVID-19 son las que han conseguido la homologación UNE 0065. Esta norma es una garantía que deberá estar especificada en la etiqueta y prueba que han superado los exámenes de respirabilidad y filtrado de partículas. Así, la eficacia de este tipo de mascarillas es:
Hay que tener en cuenta que estas mascarillas no evitan que el nuevo coronavirus las traspase de fuera hacia dentro (no evitan nuestro propio contagio), pero sí consiguen el objetivo social que se pretende con la obligatoriedad de las mascarillas: evitar que expulsemos fluidos donde pueda viajar el coronavirus. De esta forma, si todos los niños la llevan, apenas habrá virus circulando en el ambiente. Y las posibilidades de que se contagien disminuyen exponencialmente.
Según el ministerio de Sanidad, las mascarillas higiénicas, ya sean desechables o de tela, deben cambiarse a las cuatro horas de uso. Pasado ese tiempo no se ha comprobado su eficacia. Hay que tener en cuenta que las mascarillas higiénicas se mojan, humedecen o manchan y pueden perder propiedades. De este modo, cada niño necesitará, al menos, dos mascarillas por día.
Por eso, según el preventivista Alberto Torres podría ser recomendable "que se lleven en la mochila una segunda mascarilla y después de comer o a mitad de la jornada se la cambien". El médico recuerda que hay que decirle a los niños que la mascarilla no se debe quitar nada más que para comer o beber.
El farmacéutico Fernando Cansino insiste en la idea: "Hay que evitar quitársela al ir al baño, aunque estén solos, ya que es una de los espacios con más concentración de carga vírica. Suele ser una zona poco ventilada, con excrementos y por la que ha pasado mucha gente".
En una bolsa de tela. Torres explica que lo ideal para guardar las mascarillas es una bolsa de tela, ya que "el plástico no transpira y puede favorecer que aparezcan bacterias. Si la bolsa es solamente para quitarse la mascarilla y al llegar a casa lavarla sí se podría usar el plástico, pero lo ideal, por si se tiene que volver a usar la mascarilla, es conservarlas en tela".
Bastará con un ciclo normal de agua fría en la lavadora. Aunque al principio de la pandemia se habló de que había que lavar la ropa sucia a 60º porque es la temperatura a la que se inactiva el virus, el preventivista Torres explica que no es necesario. "Con el detergente de lavadora es suficiente. Sabemos que el agua caliente elimina los virus, pero este virus en concreto tiene una cobertura lipídica que el jabón elimina. Además los detergentes de lavadora tienen unas propiedades de limpieza y eliminación de bacterias que los hace muy eficaces incluso en agua fría".
Todo el que tiene hijos sabe que los objetos en los que no se pone el nombre del niño puede terminar extraviados, ya que los profesores no pueden saber a quién pertenece la cosa en cuestión. Por eso es importante que las mascarillas, que son de uso personal e intransferible, tengan puesto el nombre del alumno. Pero no se debe coser, porque agujerear la tela puede alterar la eficacia.
Por eso el farmacéutico Fernando Cansino recomienda usar pegatinas, o marcadores de tinta que no traspasen la tela de la mascarilla (se pueden colocar en etiquetas, o en las tiras). El experto recomienda "usar una pegatina, en ningún caso utilizar un rotulador directamente sobre la mascarilla ya que podría humedecerla y perder la eficacia filtrante en esa zona. También hay que evitar pinchar o perforarla".
Los niños tienden a tocarlo todo, y si deben cambiarse la mascarilla a mitad de la jornada es importante que sepan hacerlo bien. Margarita Rojas, del servicio de Pediatría del Hospital Quirón Salud de Marbella (Málaga), propone "utilizar un peluche grande que nos sirva como modelo para practicar, o colocarles delante de un espejo e irles indicando cómo auto colocársela, de forma que vayan viéndolo reflejado".
Ahonda en la idea Quique Bassat, coordinador del Grupo de Escolarización de la Asociación Española de Pediatría y epidemiólogo de ISGlobal: "lo tenemos que plantear como un juego. La primera vez podemos usar un muñeco de ejemplo, pero lo importante es que el niño sepa ponérsela a sí mismo, que pruebe delante de un espejo". El pediatra insiste, sin embargo, en el poder del ejemplo. "Lo que mejor funciona es el modelo del adulto. Es decir, que el niño vea que el adulto la usa y cómo se la pone y lo imitará", dice.
Rojas y Bassat recomiendan a los padres que se fijen mucho en el ajuste de la mascarilla. La primera de las médicos infantiles afirma que lo importante es que "le quede bien ajustada tapando nariz y boca y que sea de su tamaño", y el segundo recomienda "que se prueben varios modelos de las homologadas y se queden con el que les resulte más cómodo. Lo importante es que están cómodos y la manipulen lo menos posible".
El preventivista Alberto Torres termina la conversación con NIUS insistiendo en una idea: usar la mascarilla. Más allá de cuál es la mejor, "lo importante, importante, importante de verdad es que los niños lleven la mascarilla en el colegio".
Considera el experto que el mejor sistema para evitar la propagación del virus es el que se usa mucho: "que sea cómoda, que les cubra toda la cara, que se les ajuste bien a la cara. Insistirle en que la lleve todo el tiempo y que si huele o está mojada se la cambien". Será la mejor manera de que haya menos virus en el ambiente y nuestros hijos se contagien menos. Con estas prevenciones y un poco de suerte, puede que nos libremos incluso de las gastroenteritis, catarros y demás enfermedades que afectan a los niños cada curso escolar.