Mellizas separadas al nacer se reencuentran después de 78 años

Informativos Telecinco 02/05/2014 23:59

El 28 de febrero de 1936, una cocinera llamada Alice Alexandra Patience Lamb, de 33 años, dio a luz a sus hijas mellizas en una localidad inglesa de Aldershot, según ha publicado la BBC.

Alice fue una madre soltera y el padre biológico de sus mellizas servía en el Ejército por lo que pronto se marchó desentendiéndose de las dos niñas.

Cinco meses después del nacimiento, la mujer decidió dar a una en adopción. Como Elizabeth había nacido con una deformación de la columna vertebral, Alice pensó que sería más difícil que una familia la quisiera, por lo que se quedó con ella.

Una pareja de Aldershot, adoptó a Ann (su nombre original era Patricia Susan), quien creció siendo hija única y sin saber que tenía una hermana melliza.

Alice y su otra hija Elisabeth vivieron durante varios años en la localidad inglesa de Berkhamsted en casa de una familia donde trabajaba como cocinera y más tarde en Londres.

Después se casó y se mudaron los tres a a Chester, también en Inglaterra. Solo a los 15 años Elizabeth supo que tenía una hermana. Poco después se alistaría en la marina británica y se marcharía a Malta.

Allí conoció a su futuro marido, Warren "Jim" Hamel, un paracaidista del ejército estadounidense con el que casó en 1964 y con el que se mudó en Oregón, en el noroeste de EE.UU, donde tuvieron dos hijos.

Su hermana Ann, cuando murió su madre adoptiva buscó un certificado de nacimiento y supo quién era su madre biológica, pero sin saber nada que tenía una hermana.

Sin embargo, su hija menor aficionada a la geneología averiguó que Alice Lamb, quien falleció en 1980, se había casado a los 49 años con George Burton en la localidad de Chester y que tenía un hijastro llamado Albert.

Aunque Albert había muerto, en 2013, tras más de una década de búsqueda, consiguieron dar con el hijo de este, quien les contó que una hija Alice vivía en EE.UU. y tenía una hermana melliza.

Samantha temía contarle a su madre lo que había averiguado, ya que no sabía como le sentaría enterarse de que su madre la había dado a ella en adopción y no a Elisabeth.

En seguida se dio cuenta de que no tenía nada de que preocuparse ya que Ann no podía estar más contenta con la noticia.

En abril del año pasado, mientras Elisabeth estaba revisando el correo en su casa de Oregón, encontró una carta enviada desde Aldershot, en Reino Unido, que empezaba de la siguiente manera: "Te estoy escribiendo porque estoy buscando una conexión familiar…". Al instante supo que era su hermana.

Pocos minutos pasaron después de esa carta y ya las dos hermanas mellizas, que habían permanecido separadas durante cerca de ocho décadas, estaban hablando por teléfono. En los meses posteriores pudieron verse y conversar a través de Skype.