Según reporta El Deber, el niño de 13 años se había quedado a cargo del pequeño de tres y de otros seis menores porque la abuela de estos tuvo que desplazarse a otro municipio. Además, la madre de la víctima no puede ocuparse de él porque sufre una serie de problemas psicológicos.
Y es que, según las indagaciones realizadas por los agentes, el niño de tres años habría ensuciado su ropa al defecarse encima; razón por la que su tío, el menor de 13 años, se habría molestado y habría decidido castigarlo de una forma tan cruel: primero lo ató a la cama, le hizo comer sus heces y luego le produjo quemaduras en algunas partes de su cuerpo.
Así, según ha relatado el fiscal Luis Fernando Atanasio, "se tuvo conocimiento de un posible hecho de lesiones ocasionados a un niño de tres años donde, aparentemente, se le hubiese pretendido quemar al mismo, quien padecía heridas de quemaduras tanto en sus brazos como en sus piernas y en el resto de su cuerpo”.
Fue otra de las niñas, de seis años de edad, que estaba al cargo del adolescente, la que socorrió al de tres años y la que luego alertó a un familiar adulto para que ayudase a la víctima. Ese adulto fue el que encontró al niño de tres años atado a la cama y en un estado lamentable.
A pesar del cruel castigo, el fiscal Atanasio ha explicado que debido a la edad del agresor, 13 años, no se le puede imputar y el caso se ha traspasado a la Defensoría de la Niñez y a un Juez del menor.
Eso sí, debido a lo poco normal que son este tipo de casos, la Fiscalía y la Defensoría intentarán resolver el hecho de manera conjunta. De esta forma, la Defensoría intentará buscar la reparación de los daños que se le han hecho a la víctima y tratará de proteger al resto de menores.