El milagro de Munira: Despierta del coma 30 años después y su hijo cuenta su odisea

telecinco.es 22/04/2019 17:23

Omar tenía cuatro años cuando un autobús escolar se estrelló contra el coche en el que viajaba junto a su madre en Al Ain (Emiratos Árabes Unidos). Omar solo sufrió heridas leves, pero su madre, de 32 años, se abrazó a él para protegerlo y sufrió una lesión cerebral que no se trató durante horas. Finalmente la llevaron al hospital y luego la trasladaron a Londres para recibir tratamiento especializado. Los doctores la declararon en un estado de consciencia mínima, es decir, similar a un coma pero receptivo al dolor.

De vuelta a un hospital de los Emiratos Árabes, a la señora Abdulla la alimentaron durante años a través de un tubo, además de practicarle ejercicios de fisioterapia para evitar que sus músculos se deterioraran por la ausencia de movilidad. Omar siempre permaneció a su lado, caminando cuatro kilómetros diarios para pasar horas sentado junto a su cabecera. “Nunca lo lamenté. Creo que gracias a estar junto a ella Dios me salvó de problemas más grandes”, recuerda.

Así pasaron los años y en 2017 el príncipe heredero de Abu Dhabi, Mohammed bin Zayed, se ofreció a pagar un tratamiento especializado en Alemania. Allí los médicos priorizaron las terapias físicas y le dieron medicamentos para mejorar su vigilia y sus patrones de sueño. “Nuestro objetivo era otorgarle a su frágil conciencia la oportunidad de desarrollarse y prosperar dentro de un cuerpo sano, como una planta delicada que necesita un buen suelo para creer”, explica el doctor Ahmad Ryll, un especialista en neurología que trató a Munira.

El tratamiento parecía ofrecer síntomas de mejora y un año más tarde, en junio de 2018, Omar se despertó en la habitación del hospital con el sonido de alguien llamándole por su nombre. “¡Era ella!, Ella me llamaba, yo volaba de alegría. Durante años soñé con ese momento, y mi nombre fue la primera palabra que dijo”, cuenta emocionado Omar. Meses después Munira Abdulla ya puede mantener una conversación, recitar sus oraciones y decir dónde siente dolor. Ahora está de vuelta en Abu Dhabi con su familia, donde sigue

recibiendo tratamiento.

“La razón por la que compartí su historia es para decirle a la gente que no pierda la esperanza con sus seres queridos; no los consideren muertos cuando están en ese estado”, explica Omar Webair. “Todos estos años los médicos me dijeron que era un caso perdido, y que no tenía sentido el tratamiento que estaba buscando para ella, pero cuando dudaba me ponía en su lugar y hacía todo lo posible para mejorar su estado”, finaliza.