En octubre de 2011 los carteles con las fotos de Ruth y José empapelaban Córdoba. Diez días después de la desaparición de los niños, José Bretón, el padre, fue detenido.
Ante decenas de cámaras y curiosos apareció por primera vez en una insólita reconstrucción de los hechos. Mientras tanto, Ruth Ortiz, guardó silencio durante 3 meses, y finalmente apareció para asegurar ante los medios: "Todo el mundo que conoce a José Bretón sabe que él no ha perdido a mis niños".
La Policía centró la búsqueda desde el principio en la finca de Las Quemadillas, perteneciente a los padres de Bretón. Durante la investigación, sucesivos momentos muy duros vivieron tanto la madre y sus allegados como la familia de Bretón.
Tuvieron que pasar 10 meses para que los huesos encontrados solo dos días después de la desaparición de los pequeños dieran con la clave. Eran humanos.
Comenzó el juicio y tras tres semanas de vista, Bretón se despedía así: "Me parece increíble que a día de hoy todavía no sepamos dónde están mis hijos". Sin reconocer lo que ahora sí dice el jurado: que quemo a sus hijos en la hoguera de Las Quemadillas.