La mujer, en prisión preventiva desde entonces y para la que la Fiscalía pide ocho años, ha explicado en la Audiencia de Lleida que había machacado las medicinas y mezclado con las natillas para tomárselas ella y ha afirmado que no tenía la intención de matar a su marido.
Ha contado en el juicio que, tras la comida, ambos compartieron un baño en el que tomaron cava y que fue él quien le agredió a ella por negarse a mantener relaciones sexuales.
La Fiscalía sostiene que la mujer intentó que el hombre comiera las natillas, que él rechazó por encontrar un gusto raro y que una vez en la bañera ella salió primero, tiró a su marido al suelo y empezó a golpearlo con la botella de cava y con otro objeto y que, herido, logró llegar hasta la habitación de su hija y desde allí llamar al 112.
El hombre estaba encerrado en la habitación cuando llegaron los Mossos d'Esquadra, que tuvieron que romper un cristal de la puerta de entrada a la vivienda para poder entrar.
Los agentes encontraron a la mujer en el cuarto de baño en el interior de la bañera con un cristal en la mano con el que se había hecho cortes en la muñeca.