Una mujer fue a una tienda en el distrito de Withington, en Manchester y pidió al dependiente, un hombre de 30 años, que le cargara el móvil. El hombre, presuntamente procedió a cerrar a cal y canto la puerta de la tienda, dejándola encerrada con él, y le destrozó el móvil propinándole golpes con un palo de madera. Posteriormente, el presunto agresor la violó y se durmió hasta la mañana siguiente.
Cuando se despertó, puso en libertad a la mujer, que no dudó en ir a comisaría y denunciar lo sucedido, facilitando la ubicación del hombre para ayudar a su detención.
Según explican los agentes de policía en una publicación de Russia Today, "nada podrá reparar el daño psicológico producido a la víctima", ya que el presunto agresor la sometió a "una experiencia violenta y aterradora que la perseguirá el resto de su vida".