El joven jugador de rugby de Sydney no sabía el peligro de comerse cruda una babosa y su broma ha terminado por costarle la vida, según ha publicado la web de USA Today.
Su madre, Katie Ballard en una entrevista contó cómo comenzó todo en un ambiente de juerga con los amigos. Uno de ellos al ver la babosa propone a qué no te la comes. Sin pensarlo dos veces, el joven se la comió. "fue una tontería", aseguró la mujer.
Pocos días después, Ballard comenzó a perder sensibilidad en sus extremidades inferiores, a estar mal. Los médicos descubrieron que estaba infectado con el gusano pulmonar de rata. Según el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, se encuentra solo en ratas, pero los caracoles y las babosas pueden contraerlo al ingerir larvas que se encuentran en las heces de ratas. Estas al infectar a los humanos se alojan en el cerebro.
Ballard permaneció en coma más de 400 días y luego se le diagnosticó una lesión cerebral adquirida, que fue empeorando su estado. Al salir de ese estado quedó paralizado, desde 2010 hasta ahora, que ha fallecido, tras ocho años de dura batalla por volver a andar.
"Sam falleció el viernes por la mañana en el Hospital de Hornsby, no lejos de donde creció, rodeado de 20 de los que más amaba en el mundo", informaron sus familiares.