Bartolomé, el padre del joven que falleció hace dos años en Navalcarnero, ya sentía que su hijo se estaba muriendo en sus brazos mientras pasaban los minutos y la asistencia médica no llegaba. Los padres de Aitor siguen sosteniendo que falleció por falta de auxilio, mientras la Comunidad de Madrid asegura que se cumplieron los protocolos, aunque no descartan revisarlos.
Para el padre, le dejaron “totalmente abandonado” e “indefenso”, sobre todo por el trato del médico tan “despreciable, con falta de humanidad y falta de sensibilidad”. Y eso es, precisamente, lo que falló para el 112, porque insisten en que los protocolos funcionaron. Estos consisten en que el sanitario haga una serie de preguntas para valorar al paciente, y en función de eso, enviar el recurso adecuado. Por eso, consideraron que los síntomas en la primera llamada apuntaban a un problema respiratorio sin gravedad, y movilizaron una ambulancia convencional. En la segunda llamada, ya se percataron de que el chico no respiraba y lo consideraron una emergencia, por lo que enviaron una UVI móvil. Sin embargo, el tiempo fue un factor clave, y para el abogado de la familia “en esa valoración técnica no pueden transcurrir 6 minutos”.
Pero los padres insisten en que fue una negligencia y exigen que se modifique el protocolo en los casos más graves, como el de su hijo. Además, “por la memoria” de su hijo, han puesto una reclamación patrimonial a la Consejería de Sanidad: solicitan 175.000 euros de indemnización. Estudian con su abogado, de la asociación del Defensor del Paciente, denunciar por la vía penal, porque quieren “depurar responsabilidades e ir hasta el final”.
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, habla de “falta de humanidad” y ha indicado que ya hay un informe preliminar aunque se seguirá investigando la actuación del Summa 112. Escudero quiere “aclarar al máximo qué sucedió” y no tiene “ningún inconveniente en revisar los protocolos”. En este sentido, Isabel Díaz Ayuso también ha criticado la actitud del operario que atendió al matrimonio, y ha instado al consejero de Sanidad a investigar lo sucedido y a estudiar nuevos sistemas para modernizar las emergencias y la atención telefónica.
Los padres de Aitor nunca olvidarán aquel enero de 2018 ni los valiosos minutos que ahora pesan y mucho, porque pudieron salvar la vida de su hijo.