El tiroteo inició en la avenida Jacarandas y se prolongó hasta la salida a Mazatlán, donde detonaron al menos dos granadas, informó el diario "El Universal" en su página digital.
El gobernador de Nayarit, Ney González, expresó su indignación por la muerte de "personas ajenas a los conflictos que libran" las bandas criminales, aunque no precisó la cifra de víctimas mortales en el suceso.
"Es aberrante que (el crimen organizado) involucre a niños y los arranque de sus familias", dijo González, citado en la página de internet del Gobierno del estado de Nayarit.
"Esta guerra (...) pareciera no tener para cuando acabar", añadió el gobernador, al asegurar que "esta guerra" fue llevada a Nayarit "de otros lugares sin pedirla" y explica que uno de los automóviles involucrados en el tiroteo tenía matrícula del estado de Sinaloa, considerado cuna de los principales capos del narcotráfico.
México sufre una ola de violencia atribuida al crimen organizado, en particular a los carteles de las drogas que se disputan el control de mercados locales y las rutas hacia Estados Unidos, el mayor consumidor del mundo de estupefacientes.