Una niña sufre una enfermedad que hace que se congele en cuestión de minutos

Informativos Telecinco 13/03/2018 06:00

La madre de la pequeña, Sara Jane Fox, de 34 años, ha aprendido a reaccionar ante las bajadas de temperatura de su hija, pero no ha sido nada fácil. Explica que siempre tiene que llevar mantas y botellas de agua caliente, incluso estando en un lugar con un buen clima. Esto es porque no se puede saber cuándo Georgia sufrirá una reacción.

“Es alucinante. Los médicos no tienen ni idea de por qué padece ésta condición o como detenerla. Todos los días su temperatura baja peligrosamente. Sé cómo tratarla y busco las señales, aunque son muy sutiles, como por ejemplo que su respiración disminuya o que se canse. Si no me doy cuenta de esto, podría poner en peligro su vida”, explica a Daily Mail.

Aunque la pequeña nació aparentemente sana en 2014, a los pocos meses tuvo una reacción alérgica al comer una cucharada de arroz. El episodio se repitió a lo largo de los años siguientes, añadiéndose además varias bajadas notorias de su temperatura.

“En diciembre de 2014 decidí quitarle a mi hija los alimentos sólidos y alimentarla de biberones, porque cada vez que comía tenía una reacción alérgica. Mi bebé casi tenía un año y no podía comer, yo sabía que algo estaba muy mal. Sin embargo, el diagnóstico se realizó después de que las otras posibilidades se eliminaran”, declara su madre.

Finalmente, en agosto de 2015 le diagnosticaron hipotermia espontánea y la pequeña fue empeorando poco a poco. Ni los médicos ni su familia saben cómo va a progresar. “Ella desafía a la ciencia médica. Al principio sólo sucedía por la noche y era aterrador porque siempre pasaba mientras dormía. Luego empezó a pasarle también por el día. Ahora no se recupera tan rápido y aparece de repente. El pasado noviembre de 2017 fuimos al zoo y ella de repente se puso gris y su respiración se ralentizó, así que la llevé a casa”, cuenta Sara.

Independientemente del clima, la temperatura de la niña desciende de repente, tal y como le sucedió durante unas vacaciones en España. A pesar de que hacía un calor sofocante, la pequeña tenía tanto frío que tuvo que utilizar mantas e incluso un gorro de lana para ir a la piscina.

El clima no tiene nada que ver ya que también sucede en verano. Se trata de estar pendiente de los signos físicos más que del termómetro. Algunos días el termómetro marca los 33 grados y ella podrá salir a jugar, pero otros días también marcará 33 tendrá una crisis", informa.

Los médicos que la tratan han descubierto que la pequeña también es alérgica a algunos medicamentos, por lo que ha sido difícil encontrar un tratamiento que le sirva. Tras algunos intentos, ahora Georgia-May utiliza una medicación que está relacionada con respuestas inflamatorias e inmunes y debe tomarla una vez al día.