Niños asesinos de niños, los diez casos más escalofriantes

Alyssa Bustamante se llevó a un bosque a Elizabeth Olten, de 9 años, allí la estranguló hasta morir y la enterró. Residían en el estado de Missouri y había intentado suicidarse varias veces. Al cometer el crimen, afirmó en su diario que quería matar a alguien y también que había sido "increíble". Su madre la llamaba "un mostruo diabólico". Fue condenada a cadena perpetua.

Craig Price mató a cuatro personas antes de cumplir los 16, en su vecindario en Rhode Island, en Estados Unidos. En 1987, apuñaló 58 veces a una mujer de 27 años, Rebecca Spencer en su propia casa. Fue detenido tras confesar el crimen dos años después. Otras víctimas fueron una madre de 39 años y sus hijas de 10 y 8 a las que también acuchilló. Fue condenado a 25 años de prisión.

Eric Smith iba en su bici por un parque del condado de Steuben, en Nueva York, cuando golpeó a Derrick Robie, de cuatro años. Se lo llevó a una zona boscosa y lo mató estrangulándolo y golpeándolo con una roca. Después sodomizó su cuerpo. Fue condenado a la pena máxima para delincuentes juveniles.

Nacido en Carolina del Sur, fue condenado a muerte por asesinar a la niña Betty June Binnicker, de 11 años, y a Mary Emma Thames, de 8. Su confesión no fue grabada, el juicio duró menos de un día, y todos los miembros del tribunal eran blancos. En 2014, setenta años después de su muerte, quedó demostrado que su juicio no fue justo, no se consideraron todas las pruebas y fueron violados sus derechos.

Nacido en Boston, Jesse Pomeroy comenzó a delinquir con 11 años. Se llevaba a niños a zonas escondidas y allí los torturaba. Después, en 1874, atacó a Mary Curran, de 10 años, y Horace Mullin, de 4. Los mató y escondió sus cuerpos en el sótano. Habían sido apuñalados y decapitados con un cuchillo. Pomeroy fue sentenciado a muerte por ahorcamiento. Sin embargo, dos años después, en 1876, su condena fue conmutada por cadena perpetua en aislamiento.

Jon Venables y Robert Thompson se convirtieron en los asesinos más jóvenes de Inglaterra al matar a un niño de 2 años, James Bulger, en 1993. Lo secuestraron en un centro comercial en Bootle, Merseyside, y lo llevaron a una vía de tren, donde lo torturaron hasta matarlo. La autopsia reveló que el cuerpo de la víctima tenía más de cuarenta heridas. El cadáver también había sido seccionado por un tren ya que los asesinos lo habían abandonado sobre las vías. Ambos salieron de prisión en 2001, cuando cumplieron 18 años.

Joshua Phillips estaba jugando con un bate de béisbol en casa, en Jacksonville, Florida, cuando hirió en el ojo a a Maddie Clifton, de 8 años. Ante el temor de la reacción de su padre, la estranguló con el cable del teléfono y la apuñaló 11 veces. Luego escondió su cadáver en casa, que fue descubierto por su madre una semana después. Phillips afirmó que lo hizo por el miedo a su padre. Aunque no se encontraron indicios de abuso sexual, el cuerpo de la niña apareció desnudo de cintura para abajo. El niño fue condenado a cadena perpetua.

Fue el primer estadounidense en ser sentenciado a cadena perpetua. Le juzgaron por matar a la niña de 6 años a la que cuidaba su madre. Le pilló la cabeza con la puerta y la mató de un portazo. En la autopsia, se reveló que tenía heridas en el hígado, el cráneo fracturado, las costillas rotas y el cerebro inflamado. El niño no paró la agresión hasta que no murió su víctima.

Su condena se anuló en 2004, cuando se demostró que sus competencias mentales no se habían evaluado por completo antes del jucidio. Fue excarcelado a cambio de someterse a un año de arresto domiciliario. Ha vuelto a prisión después de cometer otros delitos.

Procedente de Harlem, en Nueva York, y con un padre también asesino, Willie Bosket cometió su primer asesinato con 15 años. Disparó y mató a dos hombres en diferentes robos. Antes de ser detenido, mató a otra persona más. Fue juzgado como menor y condenado a 5 años, una sentencia vista como demasiado suave. Posteriormente fue condenado como un adulto.

El día antes de cumplir 11 años, Mary Bell se llevó a Martin Brown, de 4, a una casa abandonada. Dos meses más tare, estranguló hasta la muerte al niño de 3 años Brian Howe. De madre prostituta, Mary Bell siempre afirmó haber sido obligada a mantener relaciones sexuales con hombres. Tras 12 años recluída, salió de prisión en 1980.