Opinó que las personas sin documentos de identificación "son las primeras víctimas de las atrocidades que los seres humanos todavía son capaces de cometer" en contra de sus semejantes.
Agregó que a las personas sin documentos se les dificulta acceder a los servicios públicos, abrir una cuenta bancaria, comprar una casa o instalar una empresa.
Según el funcionario, el registro civil es un derecho humano y no simplemente una cuestión burocrática.
El diplomático argentino ofreció sus consideraciones en la inauguración del Encuentro Internacional de Administradores de Registro Civil, Identidad y Migración, en el que sustituyó al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
"Dotar de identidad a la persona debe ser un fin prioritario de los Estados modernos, significa defender su dignidad, su existencia y su lugar en el desarrollo de una sociedad y de un país", remarcó el enviado de la OEA en presencia del presidente dominicano, Leonel Fernández.
Bordón insistió, ante diecinueve delegaciones de Latinoamérica y España, en que el registro universal, gratuito y oportuno de las personas constituye el respeto de otros derechos como la educación y la salud y dijo que esa es una de las metas de la OEA hacia el año 2015.
Precisó que el organismo hemisférico trabaja con los registros civiles de varios países de la región y dijo que en Haití, por ejemplo, 4,2 millones de personas han podido registrarse y obtener su documento de identidad gracias a un proyecto de cooperación con la OEA.
El organismo también colabora con los registros civiles de Paraguay, Honduras, El Salvador, Perú y Bolivia y tiene planes similares con países caribeños, informó Bordón.
El ministro de Interior y Policía local, Franklin Almeyda, recordó hoy que cerca de 400.000 dominicanos carecen de documentos de identidad y que una situación similar afronta una gran cantidad de las personas que residen en la frontera con Haití.
Almeyda admitió que en ocasiones dominicanos sin documentos de identidad han sido incluidos en los operativos que se realizan en el país para deportar a los haitianos.