Dos okupas, sentados, se cuelgan en la fachada de la casa para evitar el desalojo. Desde la ventana los agentes intentan convencerles para que bajen pero no lo consiguen y tienen que utilizar un elevador para llegar hasta ellos. En la calle sus compañeros increpan a los Mossos y les tiran huevos. Hay un fuerte dispositivo policial. El edificio está rodeado por varios furgones policiales, hay agentes en los tejados. Hasta por seguridad se retiran todos los contendores de basura de la zona. Los okupas habían tapiado las ventanas de la casa para que no entrase la policía y en el tejado utilizaban un palo elevado con una plataforma para controlar los alrededores. Una vez desalojada la casa 200 personas se manifiestan por las calles del centro tirando al suelo todos los contenedores que encuentran a su paso. Mientras, en la casa varios manifestantes increpan a un vigilante de seguridad, le tiran tomates, le asustan y hasta le remojan. El desalojo acaba con 16 personas identificadas.