La mujer había ido con su marido de viaje a París y la mañana del sábado la panadería que tenía en frente explotó. Es entonces cuando su marido empezó a pedir ayuda, pero los testigos, impasibles, se dedicaron a grabar con el móvil el acontecimiento.
Uno de los bomberos que acudió a la zona afectada le realizó un masaje cardíaco, pero sin resultado y, finalmente, se certificó su muerte en el hospital, convirtiéndose así en la víctima española de este hecho.
Su hermano y su padre se encuentran ahora en París gestionando la repatriación del cuerpo. El consulado situado en la capital está intentando agilizar los trámites para que el proceso se lleve a cabo entre dos y tres días.
El pueblo de Burguillos, en Toledo, lugar de residencia de Laura, su marido y sus tres hijos está hoy de luto oficial.