Al menos 20 países del mundo presentan unos niveles "alarmantes" de hambre, según un informe

EUROPA PRESS 11/10/2012 17:03

El hambre está "inextricablemente relacionada con el aumento de las presiones sobre la tierra, el agua y las fuentes energéticas", según el informe. Las inversiones o acuerdos agrícolas internacionales están aumentando y la mayoría tienen lugar en regiones subsaharianas donde el arrendamiento del terreno es barato y los niveles de hambre elevados.

Dos de los tres países con unas cifras "extremadamente alarmantes" de hambre son Burundi y Eritrea, seguidos de Haití, según el informe del GHI, publicado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) y las organizaciones Welthungerhilfe (alemana) y Concern Worldwide (irlandesa).

"Las grandes inversiones agrícolas extranjeras deberían contar con supervisión", ha afirmado el presidente de Welthungerhilfe, Barbel Dieckmann. "Se necesitan organizaciones locales para asegurar la transparencia y la participación de los pequeños agricultores, cuyo sustento se ha visto afectado por los acuerdos agrícolas", ha añadido.

Según el informe, la escasez de agua se ve agravada por el cambio climático, especialmente en zonas con graves problemas hídricos, en donde viven más de 2.000 millones de personas. Las inundaciones, las sequías y la degradación medioambiental amenazan la agricultura en gran parte del mundo.

El GHI muestra que el progreso para intentar reducir la proporción de personas que sufren hambre en el mundo se ha ralentizado "trágicamente". Según el Índice, el nivel de hambre a escala mundial sigue siendo "grave".

Asimismo, se centra particularmente en cómo garantizar la seguridad alimentaria con la escasez que existe de tierra, agua y energía. "La cruda realidad es que es necesario producir más comida con menos recursos, al tiempo que se eliminan las prácticas y políticas de despilfarro", dice el estudio.

"Para mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria de las personas pobres, tenemos que hacer más disponible y accesible una diversa gama de alimentos; identificar y atajar las prácticas y políticas de despilfarro y garantizar que las comunidades locales tengan un mayor control sobre el acceso a las fuentes productivas", según el informe.

En otras palabras, hay que "construir un mundo sostenible, donde se detenga la degradación del ecosistema y todas las personas tengan acceso a alimentos, agua limpia y energía y puedan utilizarlos para su propio beneficio", añade.