En este sentido, el Papa ha explicado que de la misma manera que "de generación en generación se transmite la vida, a través de la fuente bautismal se transmite gracia".
El Pontífice ha continuado así con la catequesis sobre los sacramentos y ha señalado que el fruto del bautismo es que "hace miembros del cuerpo de Dios y del Pueblo de Dios". "En virtud del bautismo, nos convertimos en discípulos misioneros, llamados a llevar las llaves de Evangelio al mundo", ha remarcado.
En esta línea, ha afirmado que "existe un ligamen indisoluble entre la dimensión mística y la dimensión misionera de la vocación cristiana, ambas radicadas en el bautismo" y ha añadido que "todos los bautizados están llamados a transmitir la fe y dar testimonio".
Además, ha puesto como ejemplo de testimonio de fe la historia de la comunidad cristiana en Japón que "sufrió una severa persecución a principios del siglo XVII" que dejó "muchos mártires", miembros del clero "expulsados" y "miles de personas asesinadas".
El Pontífice ha subrayado que "incluso en secreto" fueron capaces de mantener vivo "un fuerte espíritu de comunidad" porque "el bautismo había hecho que se convirtieran en un solo cuerpo en Cristo".
Finalmente, el Papa ha dirigido un saludo especial a los Padres Agustinos Recoletos y a las Religiosas de María Inmaculada, así como a los demás grupos venidos de España, Argentina, Uruguay, México y otros países latinoamericanos.