Se trata del martirio de los siervos de Dios Mauro (Abel Angel Palazuelos Maruri) y de 17 compañeros de la Orden de San Benito, asesinados en 1936; de Juan de Jesús (Joan Vilaregut Ferrer) y tres compañeros de la Orden de los Carmelitas Descalzos, además de Pau Segalá Solé, sacerdote diocesano, asesinados también en 1936.
Asimismo, ha autorizado el decreto de martirio de los siervos de Dios Crisanto, Aquilino, Cipriano, José, de 63 compañeros del Instituto de los Hermanos Maristas de las Escuelas (Pequeños Hermanos de María) y de dos laicos asesinados entre 1936 y 1939; y de las siervas de Dios Aurelia (Clementina Arambarri Fuente) y tres compañeras de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas en 1936.
Por otra parte, ha reconocido cuatro virtudes heroicas, entre ellas las de la sierva de Dios Teresa de San José (Teresa Toda y Juncosa) española que nació en Riudecañas el 19 de agosto de 1826 y murió en Barcelona el 30 de julio de 1898. Fue la fundadora de la Congregación de las Hermanas Carmelitas Teresianas de San José.
También, las del siervo de Dios Joao de Oliveira Matos Ferreira, portugués, obispo y fundador de la Asociación Liga dos Servos de Jesus; las de Nicola Mazza, sacerdote italiano fundador de los Institutos para la Educación; y de la sierva de Dios María Celeste (Giulia Crostarosa), monja italiana fundadora de la Orden de las Hermanas del Santísimo Redentor.