El Papa advierte de que la vocación religiosa significa a veces "ir a contracorriente" y "encontrarse obstáculos"

EUROPA PRESS 16/01/2014 15:07

"Vivir este alto grado de la vida cristiana ordinaria, significa algunas veces ir a contracorriente, y comporta también encontrarse con obstáculos, fuera y dentro de nosotros. Jesús mismo nos advierte: La buena semilla de la Palabra de Dios a menudo es robada por el Maligno, bloqueada por las tribulaciones, ahogada por preocupaciones y seducciones mundanas. Todas estas dificultades podrían desalentarnos, replegándonos por sendas aparentemente más cómodas. Pero la verdadera alegría de los llamados consiste en creer", asegura.

Además, añade que la vocación también permite "abrir el corazón a grandes ideales, a cosas grandes" pues, según explica, "los cristianos no han sido elegidos por el Señor para pequeñeces". "Id siempre más allá, hacia las cosas grandes. Poned en juego vuestra vida por los grandes ideales", subraya.

Por ello, Francisco invita a obispos, sacerdotes, religiosos, comunidades y familias cristianas a que orienten la pastoral vocacional en esta dirección, "acompañando a los jóvenes por itinerarios de santidad que, al ser personales, exigen una auténtica pedagogía de la santidad, capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona", que integre las formas tradicionales de ayuda personal y de grupo así como "las más recientes ofrecidas en las asociaciones y movimientos reconocidos por la Iglesia".

Partiendo de la parábola de la mies, en la que Jesús les dice a sus discípulos 'la mies es abundante, pero los trabajadores son pocos', el Pontífice explica que Jesús se refiere a la petición de incrementar el número de quienes están al servicio del Reino de Dios. Así, el Papa traslada este mensaje a la actualidad para dirigirse a quienes están bien dispuestos "a ponerse a la escucha de la voz de Cristo".

A ellos precisamente, les recomienda participar con confianza en un camino comunitario que sepa despertar sus "mejores energías", y seguir su vocación "en el contexto de una auténtica vida eclesial" pues "ninguna vocación nace por sí misma o vive por sí misma". "¿Acaso no dijo Jesús: 'En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros"?", se pregunta.

Además, destaca que toda vocación --matrimonios, consagrados, sacerdotes--, requiere siempre "un éxodo de sí mismos" para centrar la propia existencia en Cristo y en su Evangelio y exige "superar los modos de pensar y de actuar no concordes con la voluntad de Dios".