Kenneth Rothe, de 74 años, disfrutaba de una vida tranquila cuidando a sus nietos junto a su mujer al tiempo en que llevaba la administración de sus dos pequeños moteles cercanos a la costa de Nambucca Heads, localidad de Nueva Zelanda.
Sin embargo, lo que parecía ir sobre ruedas pronto se convirtió en una auténtica pesadilla por culpa de un mensaje difamatorio lanzado a través de la red social de Facebook y escrito por un electricista que responde al nombre de David Scott.
"Advertencia, pedófilo: Nambucca ha sido usado para la reubicación de estos monstruos. 'Blue Dolphin, el motel 'Nirvana Village Motel'... ¿Las paradas de autobús están justo delante de estos 'hoteles' para nuestros hijos?", escribió, tal y como recoge 'The Sydney Morning Herald'.
De este modo, alarmó a todos aquellos que leyeron su mensaje, el cual señalaba precisamente a los dos moteles que dirigía Kenneth Rothe y le acusaba directamente de pedofilia.
Desde entonces, comenzó su calvario: Tras explicar que en algunas ocasiones había ofrecido alojamiento para personas que atravesaban un periodo de crisis y necesitaban alejarse de las disputas familiares, –negando y enfatizando con rotundidad que nunca ha dado alojamiento a expresidiarios o pedófilos–, comenzó a recibir insultos, llamadas en las que solicitaban sexo y mensajes con amenazas que llegaron incluso a traspasar el límite para convertirse en agresión. Rothe fue objeto de una brutal paliza que le dejó hospitalizado durante seis meses y provocó que la familia, aterrorizada, tuviera que irse a otra localidad.
En concreto, Kenneth Rothe llegó a ser víctima de dos asaltos, en uno de los cuales alguien le preguntó: "¿Eres tú el pedófilo de 'Blue Dolphin'?". No obstante, no hay indicios de que David Scott estuviese implicado directamente en los mismos.
Rothe, quien llegó a suplicar a este último que se retractase en su mensaje y pidiese perdón, nunca obtuvo respuesta. Sin embargo, y por fortuna, pese a que los hechos tienen su inicio en 2014, es ahora cuando encuentra por fin justicia. Un juez del Tribunal del Distrito de Nueva Zelanda, le ha dado la razón, obligando a David Scott a pagarle 135.000 euros por sus difamaciones.
"Este ataque a través de Facebook sobre Rothe fue sacado de la nada, con ninguna otra voluntad que la de hacer daño. Ha tenido un efecto devastador en él", afirmó la juez Judith Gibson, quien continuó asegurando: "Sería justo decir que la publicación del mensaje ha destruido el bienestar y la tranquilidad del demandante".