Este anuncio refleja "el tipo de urgencia y determinación que necesitamos para lograr lo que creo es una legislación histórica", dijo por su parte el mandatario estadounidense, Barack Obama, que por tercer día consecutivo ha dedicado discursos al tema de la reforma de salud.
Obama se reunió hoy en la Casa Blanca con los principales líderes demócratas de la cámara baja para discutir los avances en la elaboración de un proyecto de ley de reforma del sistema nacional de salud e insistió en que hay "que lograrla este año".
"Tenemos que lograrla este año en la Cámara de Representantes y en el Senado", enfatizó el mandatario al elogiar los esfuerzos de la cámara baja para intentar aprobar la reforma de salud antes del próximo 31 de julio.
Según Obama, la reunión fue "alentadora" y "extremadamente productiva".
Pelosi expresó su confianza en que el proyecto de ley de reforma estará listo para ser votado en el pleno de la Cámara de Representantes "para finales de julio", antes del receso legislativo de agosto.
Además de Pelosi, en la reunión con Obama participaron el vicepresidente Joe Biden, el líder de la mayoría demócrata de la cámara baja, Steny Hoyer, y los legisladores Henry Waxman, Charles Rangel y George Miller, que presiden influyentes comités con jurisdicción en el tema de salud.
Tanto los comités de la cámara baja como los del Senado tienen previsto votar el proyecto de ley de reforma el mes próximo, con el objetivo de armonizar sus respectivas versiones en un solo texto definitivo que se pueda enviar al Despacho Oval antes de fin de año.
Se calcula que unos 46 millones de personas carecen de seguro de salud en el país y durante la contienda electoral del año pasado Obama prometió cobertura universal para todos los estadounidenses.
Parte del problema se debe a que la mayoría de las personas obtiene su seguro médico como un beneficio de sus empleadores, pero si se quedan sin trabajo, como les ha sucedido a millones en esta recesión, pierden también su plan de salud.
La Casa Blanca ha dicho, en términos generales, que la reforma tiene que ayudar a reducir los gastos médicos y ampliar y mejorar la cobertura sanitaria para todos los estadounidenses.
El lunes, Obama se reunió con representantes del sector de salud y anunció que estos se comprometieron a reducir los gastos sanitarios en dos billones de dólares en los próximos diez años.
Al día siguiente se reunió con líderes empresariales y de los sindicatos para discutir las estrategias que tienen en marcha para reducir sus gastos de salud.