Un grupo reducido de personas, la mayoría de ellos con capuchas y con el rostro tapado, comenzaron pasadas las ocho de la tarde su protesta impidiendo la circulación del tráfico en la Gran Vía con cortes puntuales del mismo.
La Policía intervino a la altura de Callao, donde antes de las nueve, con todavía muchos comercios abiertos, varios decenas de manifestantes se dirigieron hacia El Corte Inglés. Los agentes formaron un cordón frente a la puerta y, acto seguido, estos grandes almacenes cerraron sus puertas ante la amenaza de actos vandálicos.
Gritando en todo momento consignas antifascistas y en contra de la Policía, los manifestantes --unos doscientos-- se fueron agrupando en la Puerta del Sol. En la plaza había siete furgones de la UIP, si bien los manifestantes abandonaron el lugar en torno a las diez de la noche.