Durante la tarde el local permaneció cerrado, pero a las 23 horas los agentes de la Unidad de Villaverde y de la Unidad Central de Seguridad encontraron en el interior del local unas treinta personas, algunas de ellas menores de edad, realizando preparativos para la celebración de la fiesta.
En la nave industrial de unos 300 metros cuadrados, se encontraba instalado un escenario con un equipo de música en funcionamiento conectado a un ordenador y a varios altavoces de gran potencia distribuidos por el local. Los organizadores habían montado una barra de bar de unos doce metros, y los agentes encontraron en diversas zonas del local varias bolsas con bebidas alcohólicas.
En la inspección se comprobó que los dos únicos extintores de incendios existentes tenían la última inspección realizada en 2008 al igual que las dos bocas de incendio, estando una de ellas tapada.
Además de la anteriores deficiencias en materia de seguridad, los agentes han reflejado en el acta de inspección que la apertura de la puerta de entrada a la nave solo se realiza hacía el interior del local, que no dispone de salida de emergencia, ni aislamiento acústico y que no cuenta con aseos.
Finalmente, los organizadores desistieron de la celebración de la fiesta desalojando el local, ante cuyas puertas se habían congregado más de 150 personas, algunos de ellos menores de edad, portando bolsas y mochilas con bebidas. Tanto los padres que fueron a recoger a los menores, como las personas que esperaban en el exterior manifestaron a los policías que habían pagado ocho euros para poder asistir a la fiesta.
Además de que la nave industrial no cuenta con los permisos necesarios para la celebración de este tipo de eventos, los promotores tampoco habían presentado ningún seguro de responsabilidad como exige la Ley 17/1997 de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas.