El preso, E.M., de nacionalidad marroquí, se fugó cuando acudió a los aseos de la Ciudad Deportiva Municipal de Zamora para ducharse y cambiarse de ropa después de disputar la prueba. El poco tiempo que le faltaba para salir en libertad y su buen comportamiento en prisión había motivado que fuera uno de los seleccionados para participar en la carrera del pasado domingo. Acudía junto a otros tres compañeros de celda. Como ninguno de los cuatro era problemático, el trabajador social que les acompañó a la competición les dio permiso para que se asearan en los vestuarios y fue entonces cuando el preso desaparecido aprovechó para darse a la fuga. E. M. se encontraba en prisión cumpliendo una condena de tres años por un delito contra la salud pública por tráfico de estupefacientes y le quedaban tan sólo dos meses para poder salir en libertad condicional.
Según fuentes del centro penitenciario de Topas, este tipo de salidas temporales de prisión son habituales. En ellas participan únicamente presos que tienen próxima su salida en libertad condicional y que reciben además el visto bueno de una junta de evaluación de la prisión.
Por este motivo, los funcionarios que acompañan a los reos no están constantemente vigilándoles. La base de este tipo de programas, según los responsables de la cárcel, es la confianza.