El mal tiempo prolonga el misterio sobre la tragedia del avión de Air France

AGENCIA EFE 06/06/2009 00:00

"La situación meteorológica es muy mala. Hoy tenemos mucha lluvia y eso perjudica la visibilidad", dijo el brigadier Ramón Borges Cardoso, director del Departamento de Control del Espacio Aéreo de la Fuerza Aérea de Brasil.

Además, admitió que ni los aviones ni los barcos que participan en la búsqueda han avistado este viernes restos de los pasajeros ni de la aeronave.

El avión, que hacía el vuelo AF447 entre Río de Janeiro y París, desapareció de los radares el domingo por la noche sobre el Atlántico y desde entonces un manto de misterio cubre el caso, pues aparte de que las autoridades no tienen pistas concretas de la causa del accidente, no han podido retirar del mar ni restos humanos ni materiales del siniestro.

Según la Aeronáutica, la previsión es que las lluvias persistan en las próximas horas, así como las olas de hasta 1,8 metros, lo que hace que la visibilidad en el área de búsquedas sea inferior a 4.000 metros.

Las corrientes marinas, que se cree que han esparcido los restos del Airbus A330-200, han obligado a los responsables de las búsquedas a aumentar el área de las operaciones, que hasta ayer era de 185.349 kilómetros cuadrados, una superficie un poco mayor que la de Uruguay.

El área de operaciones está próxima a las islas de Sao Pedro y Sao Paulo, formaciones rocosas deshabitadas situadas a unos 704 kilómetros del archipiélago brasileño de Fernando de Noronha y a 1.296 kilómetros de la ciudad de Recife, desde donde se dirigen las búsquedas.

Tras admitir que unos objetos sacados el jueves del mar no son de la aeronave siniestrada, como informaron inicialmente, la Marina y la Fuerza Aérea adoptaron hoy un tono de cautela en sus declaraciones.

Según el director del Departamento de Control del Espacio Aéreo, el resultado "más concreto" de las búsquedas hasta ahora es una poltrona de avión y una pieza metálica de unos siete metros avistadas por los pilotos de la Fuerza Aérea en días pasados y que no fueron sacadas en su momento de las aguas.

Borges Cardoso dijo igualmente que las manchas de combustible vistas probablemente son de queroseno, que es utilizado por aviones y no por barcos, pero reiteró que el aceite que se extendió por una extensa superficie no es de una aeronave.

Admitió que hasta ahora no hay rastros ni de cadáveres ni de sobrevivientes y que, tras cinco días, ya es muy difícil pensar en encontrar a alguien vivo.

En un escueto comunicado divulgado hoy, el comando de las búsquedas informó de que "la operación proseguirá con la misma conducta adoptada en los días anteriores, en que las aeronaves involucradas avisan sobre eventuales avistamientos de restos a los tres navíos de la Marina que se encuentran en el área".

Además de las nueve aeronaves de la Fuerza Aérea Brasileña que participan en las búsquedas, así como de un avión de patrulla marítima P-3C Orion de Estados Unidos y un Falcon 50 de Francia, hoy se sumó a los operativos una aeronave francesa Atlantic Rescue D.

Las autoridades brasileñas también se han abstenido de dar cualquier información sobre posibles causas del accidente, ya que la investigación es responsabilidad de Francia.

"Nosotros no estamos buscando los motivos que pudieron haber causado el accidente. Solo estamos colaborando con las autoridades francesas para permitir que, con los restos que sean recogidos o con cualquier otra información, dispongan de una mayor capacidad de análisis de lo que ocurrió", afirmó Borges Cardoso.

Los comandantes de la operación se reunieron hoy en Recife con un grupo de familiares de las víctimas para explicarles los esfuerzos que están haciendo y las grandes dificultades que enfrentan.

Las 13 personas de la comitiva, en representación de los familiares de las 59 víctimas brasileñas de la tragedia, regresaron este mismo viernes a Río de Janeiro sin dar ninguna declaración.

El viaje fue una iniciativa de la Fuerza Aérea ante las protestas de los parientes por la falta de resultados de las búsquedas y por las informaciones contradictorias que han dado los militares.