Doce tiburones tigres de arena, grises brasileños y guitarra han acompañado en el día más importante de su vida a varios novios atrevidos ataviados con pajarita y vestido blanco, aunque sin la preocupación de los incómodos tacones, sustituidos por unas aerodinámicas e ingrávidas aletas.
El precio mínimo de esta boda-anécdota es, según ha explicado hoy a Efe la portavoz del Palma Aquarium, Mónica Cerdá, de 400 euros, lo que cuesta que dos personas se sumerjan entre los escualos con un tercer buceador del acuario a modo de sacerdote.
La factura aumenta si a este paquete se le quiere incluir un reportaje fotográfico o de vídeo -que puede ser dentro del agua o en las instalaciones del acuario, donde hay una jungla muy fotogénica-, o bien añadir el banquete de boda en el restaurante del Aquarium, situado en la Playa de Palma.
Para hacer este sueño realidad es necesario poseer el carné básico de buceo, el PADI, aunque, según destaca Cerdá, las peticiones recibidas hasta ahora provienen de aficionados al buceo fascinados por el medio marino.
La última boda "oficiada" de este modo, que ha sido presentado hoy en la Feria Nupcial 2010 que se celebra en el Palma Arena, fue entre dos alemanes que, con ramo de novia sumergible y máscara, se dieron el "sí, quiero" mediante unos carteles ante unos emocionados familiares y amigos pegados al cristal.
Al otro lado del vidrio, el intercambio de anillos de los novios no solo lo contemplan la docena de tiburones, sino los más de mil animales que habitan en el tanque del Gran Azul del acuario, que presume de ser el más profundo de Europa.