No obstante, en un comunicado LCWR ha señalado que su presidenta, la hermana Pat Farrell y su directora ejecutiva, la hermana Janet Mock en tal reunión "pudieron expresar sus expresar sus preocupaciones durante la reunión con franqueza y honestidad".
Además, destacan que los miembros de la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas de los Estados Unidos de América "continuarán su cuidadoso discernimiento y la oración en cada una de las regiones geográficas a lo largo de junio y julio, ya que su asamblea anual será en agosto".
Por su parte, la Congregación de la Doctrina de la Fe ha precisado que "el propósito de la evaluación doctrinal es ayudar a la LCWR en esta importante misión mediante la promoción de una visión de la comunión eclesial fundada en la fe en Jesucristo y las enseñanzas de la Iglesia fielmente enseñadas a través de los siglos bajo la guía del Magisterio".
En el encuentro del 18 de abril, han participado también el arzobispo de Seattle (EE.UU), monseñor Peter J. Sartain, delegado de la Santa Sede desde abril de 2012 para coordinar la reforma después de que el dicasterio vaticano concluyera que "la situación doctrinal y pastoral actual de la 'Leadership Conference of Women Religious' es grave".
El nombramiento del delegado se realizó después de la visita apostólica realizada por el obispo Leonard Blaire de Toledo a esta asociación, fundada en 1956, que cuenta con más de 1.500 miembros y representa a más del 80 por ciento de las 57.000 mujeres religiosas de los Estados Unidos.
El rol del delegado es "revisar, guiar y aprobar, cuando sea necesario, el trabajo de la Leadership Conference of Women Religious". La reforma consistirá en estudiar los estatutos del grupo, planificar los programas, ver los textos litúrgicos y reconsiderar la afiliación del grupo y de otras organizaciones.