El asalto tuvo lugar a las 17.30 horas, a plena luz del día y cuando la joyería estaba abierta y con clientes. En un momento dado, tres individuos empotraron el vehículo en el que viajaban contra las cristaleras del establecimiento. Tras apearse, y cubiertos con pasamontañas, intimidaron a los clientes y al dueño del establecimiento con varios cuchillos.
Los ladrones se llevaron el contenido de la caja fuerte de la tienda y joyas de las estanterías y escaparates, por lo que sustrajeron un botín que ronda los 200.000 euros. Posteriormente, se dieron a la fuga en un vehículo de alta gama, en el que les aguardaban otras dos personas.