Seis muertos en las playas españolas en tres días: "Un ahogamiento puede producirse en 30 segundos"

  • "Saber nadar  no significa que estemos protegidos", advierten desde el proyecto Ahogamiento.com

  • En el último mes, seis niños han perdido la vida en piscinas domésticas por falta de vigilancia

  • Las multas por bañarse con bandera roja oscilan entre los 100 y 3.000 euros

Juan Carlos era boliviano y tenía 60 años. El viernes murió en la playa de la Mata, en Torrevieja (Alicante), cuando intentaba salvar a su esposa. Hanna era tres años más joven que él. Vivían en Alemania y habían venido a España para pasar unos días de vacaciones.

Eran casi las nueve de la noche cuando la mujer se metió en el agua. Había bandera amarilla y un fuerte oleaje. Su marido vio que la corriente se la llevaba y no podía salir por sus propios medios. Fue en su ayuda.

Un guardia civil que estaba libre de servicio y paseaba por allí vio a la pareja a unos 100 metros de la orilla. Sus vidas corrían peligro. Se lanzó al mar para auxiliarles. Los arrastró como pudo hasta la arena. Juan Carlos había fallecido.

Era la primera muerte de un fin de semana en el que seis bañistas han perdido la vida después de ahogarse en playas españolas: cinco hombres y una mujer, de entre 41 y 72 años. Además, los servicios de emergencias han tenido que realizar varios rescates. En Rodalquilar (Almería), un helicóptero de Salvamento Marítimo r a un hombre que se había metido al mar con bandera roja, en unos acantiladosbandera roja, en unos acantilados.

"Saber nadar no significa que estemos protegidos frente a un ahogamiento. Es necesario saber reaccionar adecuadamente ante un incidente que nos desestabiliza: primero debemos concentrarnos en flotar boca arriba, ayudarnos de las piernas y los brazos para respirar. No hay que intentar salir del agua a toda costa. Antes tenemos que estabilizar la respiración y después pedir ayuda", explica Luis Miguel Pascual, el responsable de Investigación del proyecto Ahogamiento.com.

Efectos de la pandemia

En lo que va de año 178 personas han muerto ahogadas en España; la mayoría en playas sin vigilancia, pero también en ríos o canales. Sólo en el último mes, seis niños han perdido la vida en piscinas domésticas por falta de vigilancia.

"Este verano está siendo bastante complicado. Tras la pandemia la temporada ha empezado tarde, con poca preparación. Muchos socorristas tienen que hacer labores de control de aforo y vigilancia de usuarios al mismo tiempo. Los presupuestos se han reducido y no se pueden cumplir todos los requisitos. Una hora de rescate en helicóptero cuesta lo mismo que poner a un vigilante en la playa todo el verano", argumenta este experto que estudia, revisa y clasifica cada uno de estos casos para comprender las circunstancias.

"Las imprudencias están detrás de muchas de estas tragedias. Las personas se confían, no son conscientes de sus limitaciones, ni de sus capacidades. Al verse en esta situación se asustan y pierden el control. Un ahogamiento puede producirse en 30 segundos", apunta.

Llevan años recogiendo datos con criterios metodológicos científicos para poder elaborar programas de prevención. El sábado un hombre de 72 años murió en playa del Saler (en Valencia). Había bandera roja. Socorristas y agentes de Policía Local ya habían avisado varias veces a los que se metían al mar para que se salieran. Pero algunos no escucharon sus indicaciones.

Otras causas frecuentes son los accidentes o las patologías previas. El sábado un vecino de L'Hospitalet de Llobregat de 64 años fue encontrado flotando sin vida en la la playa de Les Botigues en Sitges (Barcelona). Ondeaba la bandera verde. Otro hombre de 41 años se ahogó en Port Saplaya (Valencia), tras sufrir un paro cardíaco.

Gran Canaria: las playas con más víctimas

Este domingo una mujer francesa de 68 años murió en la playa de Mogán (Las Palmas de Gran Canaria). Se llamaba Marie Louise y llevaba años afincada en un apartamento de San Bartolomé de Tirajana. Eran las cuatro y cuarto de la tarde cuando unos bañistas consiguieron sacarla del agua. Estaba inconsciente. Dos enfermeras iniciaron las maniobras para reanimarla pero fue imposible.

Cinco personas han muerto ahogadas en Las Palmas de Gran Canaria desde enero. Mogán es el municipio que acumula más fallecidos por esta causa de todo el archipiélago. El jueves otro hombre de 55 años se ahogó en las playas de San Felipe, al norte de la isla. Dos surfistas recuperaron su cuerpo.

Estas playas cuentan con fuertes corrientes, que obligan a izar la bandera roja durante prácticamente todo el año. Entre semana no hay vigilantes. Muchas son frecuentadas por amantes de las olas, que no hacen caso de las advertencias y ponen en riesgo sus vidas.

Rescates sin consecuencias

El sábado tuvieron que rescatar a dos turistas italianos de 36 y 42 años que habían saltado al mar en una zona de rocas en la playa de Aguas Verdes, en Betancuria. Uno de ellos se rompió la clavícula. Las zambullidas arriesgadas son la principal causa de muerte entre los adolescentes.

Este lunes por la mañana la marea ha sacado a la orilla el cadáver de un hombre en la playa de la Malagueta, en Málaga. No llevaba documentación. Tendrán que identificarlo por sus huellas dactilares.

En la mayoría de las playas la regulación del baño y el uso de las banderas se basa en las ordenanzas municipales, que contemplan multas de entre 100 y 3.000 euros por bañarse con bandera roja.

Los rescates a los bañistas todavía les salen gratis. Algunos ayuntamientos y comunidades autónomas ya se han planteado cobrárselos si cometen negligencias o imprudencias graves. Una evacuación en helicóptero puede costar entre los 5.000 y los 8.000 euros, una lancha con buzos unos 1.500 o un guardacostas, 2.000 cada hora.

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