Contando que sólo en Madrid hay 2.100 personas sin hogar, no es muy normal que los que sí lo tienen no paren de repetir el gesto de tirar comida a la basura. Y todo sin pararse a pensar. Pensar en que en un solo año las familias españolas tiraron a la basura un millón y medio de toneladas de alimentos aptos para el consumo.
La cifra aumenta, y mucho, cuando sumamos los supermercados y hablamos del mundo entero: 1.300 millones de toneladas. O lo que es lo mismo, una tercera parte de lo que se produce en el planeta Tierra acaba en el vertedero.
Es más, un informe de 2015 publicado por la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) desveló que con reducir en un 25% la comida que se pierde o se desperdicia podría salvar la vida de las 795 millones de personas que corren peligro de muerto por desnutrición.
Y aunque el problema es muy grave, la solución es sencilla: aprovechar al máximo los alimentos. Nuestros desperdicios pueden ser manjares.