Al cansancio de quienes luchan sin respiro se ha sumado la indignación de los que ven arder sus montes: 870 hectáreas quemadas.
“Te sientes impotente, porque lo ves encima”. “Es un pulmón del pueblo, y de Alicante y de todo”, lamentan.
Ahora, de reojo miran lo que queda de un fuego que se acercó peligrosamente a algunas viviendas familiares.
En total 84 vecinos tuvieron que ser desalojados. Todos tienen la misma sospecha: el fuego podría haber sido intencionado.
“Se veían focos a un lado y a otro”, denuncian, recalcando sus sospechas. Fueron cuatro focos que se activaron de forma concatenada.