El viento obstaculiza la lucha de los bomberos contra las llamas en Victoria

EFE 03/03/2009 08:22

Las rachas de viento de hasta 125 kilómetros por hora hicieron temer a los bomberos y a los residentes de las zonas situadas al oeste del estado y al sureste de la ciudad de Melbourne, una repetición de las incontrolables llamas que el pasado 7 de febrero causaron al menos 210 muertos.

"Es un día de extremo peligro", dijo a los periodistas el portavoz del departamento de Medio Ambiente, Ian Mansergh, antes de que las rachas de viento dieran paso a una ligera brisa y una leve lluvia cayera sobre algunas zonas del estado.

Tras la mejora que registró la climatología, cerca de 5.000 bomberos continuaron trabajando en las zonas situadas al norte y el oeste de Melbourne, en las que están localizados los cuatro mayores incendios.

Ewan Waller, funcionario de Medio Ambiente, señaló que unos 3.000 bomberos participaban en las tareas de extinción y que el resto del personal abre cortafuegos y retira rastrojos con la ayuda de maquinaría pesada.

Un nuevo incendio se declaró cerca de la localidad de Ballarat, a unos 120 kilómetros al noroeste de Melbourne, lo que llevó a las autoridades locales a advertir del peligro a la población y pedir su colaboración en el caso de que el viento arrastre los rescoldos.

"Pedimos a los residentes que patrullen las inmediaciones de sus casas para que examinen si caen brasas", solicitó el servicio de bomberos de Ballarat por medio de un comunicado emitido por la radio local.

El jefe del departamento de extinción de incendios de Victoria, Russell Rees, recomendó mantener la guardia a los habitantes de las localidades próximas a las zonas boscosas ante el riesgo de que se produzcan cambios súbitos en la dirección del viento.

"La temperatura es irrelevante, el riesgo todavía existe" señaló el funcionario.

Al menos 400 colegios y guarderías de localidades del oeste y sureste de Melbourne, recibieron instrucciones de cerrar, mientras que la Policía cortó los accesos por carretera a varios pueblos situados en las zonas de peligro y se enviaron millones de mensajes de texto para advertir del riesgo.

Los incendios que más preocupan a las autoridades son los que los bomberos combaten con escaso éxito y desde hace tres semanas en la región de Kilmore-Murrindindi, al noreste de Melbourne, y en la zona de Wilsons Prom en el sureste de Victoria.

Otros frentes activos son el de Bunyip, donde han ardido más de 26.000 hectáreas, y el Musk Vale, cuyas llamas amenazan desde hace varios días la localidad turística de Daylesford, y donde los bomberos tratan de impedir que el viento empuje el fuego hacia las zonas residenciales de la periferia.

Además de las 210 víctimas mortales, los incendios forestales que arrasaron hace un mes Victoria destruyeron más de 2.000 casas y quemaron 400.000 hectáreas de terreno.

Los incendios se producen después de casi 13 años de continua sequía en el estado de Victoria, donde durante los dos primeros meses de 2009 las precipitaciones han dejado apenas cuatro milímetros de agua, según el departamento de Meteorología.

El ayudante del comisionado de la Policía estatal, Stephen Fontana, indicó que las fuerzas de seguridad han reforzado los controles de carretera y las patrullas de vigilancia para identificar a posibles pirómanos.