Aunque su familia esperaba que ayer lunes, Christian Andrés, ecuatoriano de 18 años, pasara a planta, una hemorragia en un tendón ha obligado a dejarlo en la UCI del hospital madrileño 12 de Octubre. Permanece grave pero estable.
La familia de Christian da gracias de que esté vivo, pero asegura que si en la estación central de Leganés hubiera seguridad suficiente no habría pasado nada. "No permito que nadie diga que mi hijo es un imprudente. La verdad es que alguien debe vigilar que no ocurran cosas como esta, sobre todo en una zona donde los jóvenes salen y beben. La vigilancia debe ser máxima a estas horas y en este lugar", dice su padre, Iván en declaraciones al diario El País.
Hay que recordar que el joven de 18 años volvía a casa después de una noche marcha. Los testigos aseguran que había bebido. En la estación de Leganés se enfrentó con unos chavales y bajó a las vías a coger piedras. En ese momento llegó el tren que el maquinista no pudo frenar.
"Los agresores le atacaron por algo que había pasado en la discoteca". "Temió por su vida y su única vía era armarse para protegerse", ha dicho el padre que, aunque busca exigir responsabilidades, asegura que "lo importante no es una indemnización, es que a nadie vuelva a ocurrirle algo semejante y le fastidien la vida". EBP