Russell fue enviado al tribunal de justicia de Warrington, donde la acusación describió la dura y terrorífica experiencia por la que pasó su víctima, una mujer de mediana edad, según informa el diario 'The Mirror'.
Meirion Lewis-Jones explicó al tribunal como Russell entró en su casa por la puerta, que ella misma abrió, y se dirigió hacia su habitación. La víctima, ignorante de lo que ocurría, pensaba que era un conocido y, tras abrirle, le llamó.
Fue entonces cuando Russell apareció cubierto con una capucha, y portando un cuchillo. En ese momento, se dirigió a su víctima y le dijo "Estoy aquí para violarte".
Después cumplió su amenaza, a la que su víctima se resistió intentando coger el cuchillo, y arañando la cara de su agresor hasta que fue inmovilizada.
La policía arrestó al agresor en su casa de Runcorn (Inglaterra), cerca de las 4 de la mañana. Una vez allí, su madre confesó que acababa de llegar a casa, y que no llevaba ni pantalones ni zapatos.
Rusell aseguró que si no llevaba puestas esas prendas de ropa era por que le habían robado, sin embargo, el ADN le identificó como agresor.
Durante una primera vista, se declaró culpable por los cargos de violación, agresión sexual, posesión de arma blanca y amenazas de muerte.
El acusado ha sido condenado a 10 años y 6 meses de prisión y estará en una lista de agresores sexuales durante el resto de su vida.