Periquitos y jirafas

EL METRÓNOMO 18/06/2008 08:01

Comedia OT

Me van a permitir los lectores que hoy haga una excepción y comience el artículo hablando de mi mismo. Hace más de cuarenta artículos que tuve la suerte de que me llamaran para hacer esta especie de análisis narrativo de lo que sucedía en la academia de Operación Triunfo. Me subía al tren en marcha y tras todo este tiempo agradezco de corazón esta oportunidad, que ha sido gozosa por innumerables razones. A duras penas he sabido hacer lo que se me pidió, dando más peso del previsto inicialmente a mis propios juicios como compañía inevitable del relato de la realidad. El agradecimiento ha de ser mayor aún, por tanto. Y más teniendo en cuenta que hoy no me resisto a dejar que mis manos se paseen por el teclado a su antojo, respondiendo a los impulsos poco reflexivos que les manda mi cerebro. Hoy no tengo el corazón contento sino 'partío', y no porque haya enfermado de mal de amores precisamente. Más bien diría que estoy que me parto, realmente.

Vamos a ver, tras una gala fantástica repleta de buenas actuaciones, tuvimos la coda de las eurovisivas votaciones del jurado. Y ahí empezó mi ánimo a pedir algo distinto al Red Bull que había en mi copa. Ni periquito ni jirafa, lo que me estaba metiendo entre pecho y espalda era un toro encarnado que curiosamente tiene el color del whisky. Vi a una miembro ('miembra' diría la ministra para la que Iván será un 'artisto' y Virginia la antítesis del 'bel canta') del jurado hablar de pómulos flexibles, fosas nasales y velo del paladar, lo cual me hizo recordar al doctor Beltrán e imaginé a Coco Comín (para Jesús Vázquez Cocó Comin, según la deliciosa aliteración fonética que perpetra cuando la menciona) junto a ese 'doctor infierno' (así le llamaban sus compañeros en televisión) cual 'doctora Amor' en la serie 'Mash', enfundada en una ajustada bata de analista.

Ella es médico/médica anatomista, aunque siempre soñó con escribir en 'Rolling Stone' y por eso habla de la 'Tamla-Motown' (tabla no, abuela, 'Tamla', que es una cosa de música negra nacida en Detroit) o el 'twank', o como diablos se escriba eso, que en lugar de un sonido emitido por el 'aparato fonador' (esta es su más grande aportación al vocabulario 'triunfito') parece en realidad la onomatopeya del sonido que emiten los periquitos. Y es que aquí, como en el 'Un, dos, tres...' de Mayra Gómez Kemp, todo tiene relación.

Sonidos de la naturaleza

Porque claro, antes de escuchar al jurado y vivir la crisis en la que decidí no cortarme las venas sino dejármelas largas, apareció en mi pantalla Àngel Llàcer con un periquito disecado en su hombro. Y encima era azul. Amigos de la nave del misterio, esto es claramente un mensaje del más allá en apoyo de la 'niña azul'. Cada vez que escucho esto de la 'niña azul' me medio jiño, sintiendo un revolcón en mi estómago que no es normal. Aunque bien pensado a ver si va a ser el Red Bull, que no estoy acostumbrado y no sé si la taurina será laxante o astringente y la wikipedia me ha retirado hasta el saludo. Yo llamaría al padre Carras para pedirle un exorcismo de esos 'express'. Por si las moscas, digo. Basta con que le pongan una pegatina en la sotana de cierta marca de coches y le den un guión escrito, como hicieron anoche con el pobre Calderón, ese base de basket que juega en un equipo de la NBA con nombre de fábrica de cementos.

Por fin en una gala casi todos iban de color, aunque el presentador pusiera el contrapunto negro. Aunque, volviendo a Comin, el agradecimiento a Chipper por no renunciar a sus raíces negras me pareció una reinvindicación adecuada, solo sea porque con ello consiguió algo que no había logrado hasta ahora, y es que el resto de miembros del jurado salieran del letargo que les producen sus discursos y volvieran al unísono sus cabezas para mirarla con cara de "pero que sandeces dice esta tipa". En mi inocencia, yo había pensado si no irían de color para hacer finalmente caso a nuestra Mayte Méndez de Vigo, pero no. La verdad no puede ser tan plana, y además yo tengo la convicción de que iban así para que tuviera un pase el vestido de Virginia, tan azul como el pantalón de Manu o el periquito de Llàcer (que tal vez sea periquita, pensándolo bien). No sé, no sé, ¿qué tal si contratamos a Iker Jiménez para jurado de la próxima edición? 2

Al final todo consiste en una lucha entre periquitos y jirafas. Digo yo que tendrá que haber un simbolismo oculto en ese ave doméstica cuyo nombre técnico es Melopsittacus undulatus (lo sé sin mirar la wikipedia, igual que Evaristo no lee las valoraciones que le escribe un amigo que en su día fue gracioso y ahora tiene el síndrome del negro, o sea del que escribe lo que otro firma, lo cual le ha dejado falto de humor, bajo de bilirrubina y con las transaminasas por los suelos). Haciendo abstracción de su plumaje y teniendo en cuenta que los hay de diferentes colores y tamaños, el periquito es un pájaro que gusta de cantar, lo cual hace con esfuerzo. ¡Verde y con asas!, 'quizir' que es una nueva señal del más allá refiriéndose a Virginia. La concursante a la que Evaristo daba nueve puntos al tiempo que dejaba a Chipper con seis o a Pablo con tres, tiene una ventaja que es al mismo tiempo maldición para muchos de nosotros.

Es la ventaja del periquito sobre la jirafa. El primero torpe en sus intentos de entonar, pretendiendo imitar al prodigioso canario sin conseguirlo; y la segunda carente de cuerdas vocales, razón por la cual no emite sonido alguno (esto lo sé porque me lo contó Comin mientras me metía el palo de un helado hasta el cielo de la garganta pidiéndome que le dijera 'treinta y tres' sin tensionar las cervicales, dosificando el aire y estirando los pómulos hasta la extenuación... que llegó pronto, ya lo creo que llegó, y es que esta mujer es extenuante a más no poder). A decir verdad, yo la hubiera preferido jirafa (a Virginia, entiéndase).

El jardín de las delicias

Esto ya no parecía el mundo al revés sino que más se asemejaba en lo surrealista al 'El jardín de las delicias' de El Bosco. O a un retrato de Bacon, de esos que parecen de verdad aunque todos somos conscientes de que es una realidad deformada, si no deforme. Tengo la sensación de estar participando en la misma pantomima que critico y por eso opto por el 'yoismo' disparatado de estas líneas, tan solo sea como excepción y sin que sirva de precedente. Pero es que la ronda de valoraciones comenzó con Llano, quizá el miembro del jurado que aparentaba estar más sereno, lo cual se volvió en nuestra contra porque hizo que estirase sus discursos a cada concursante más de lo que Chipper estira los pómulos (Coco, te adoro).

Cuando estábamos a punto de entrar en la fase REM del sueño vino Comin a despertarnos con sus lecciones de anatomía musical, y después tuvimos que soportar de nuevo a un Evaristo ebrio de fama, con su ego más inflado que una palomita de maíz. A Noemí ni siquiera pudimos escucharla por no conseguir acallar las voces que en nuestro interior pedían justicia para Mejide. Como soy pacífico por naturaleza no puedo imaginar para este muchacho otro garrote que aquel, igualmente vil, llamado también cayado (así está más guapo, pero con doble ele en lugar de y), vara, palo, macana, estaca, bastón, cachiporra o incluso tranca (aunque esto mejor dejarlo que soliviantaremos a alguna de sus 'fans'). Yo (me está quedando esto muy "yo, mi, me, conmigo, en mi opinión, a mi entender") también quiero tener 'fans'. A ver si va a ser envidia lo mío. 1

Claro que si el jurado desparramó como nunca, no sé que pensar de unos concursantes como Mimi, que después de vestirse de conejita de play-boy se escandaliza de lo que le diga el chico este tan educado que se sienta al lado de la Galera; o lo de Sandra, asmática que aspira a ser cantante y no lo tiene bien asumido porque se la veía destrozada por un comentario involuntariamente improcedente de mi Coco adorada. Creo que están tan cansados que anoche les dio más o menos igual lo que vinieran a decirles. Pablo escuchó a Evaristo levantando la ceja con una elasticidad que ya quisiera Chipper para sus loados pómulos, Iván parecía impacientemente temiendo que le dijeran cualquier burrada, Manu ponía una vez más cara de cordero degollado, y Virginia parercía candidata a convertirse en la Jim Carrey española, haciendo muecas sin parar.

And the winner is...

Lo importe es lo importante y ayer los cuatro concursantes que aquí declarábamos ayer "valores seguros" fueron los elegidos por jurado y profesores. Aquellos votaron situando a Chipper, Manu y Pablo en los tres primeros lugares, en ese orden, aunque por momentos pensamos que Virginia podía quedar por encima de Pablo. Luego los profesores se decantaron por Sandra y en ese momento a la noche solo le quedaba que los alumnos eligieran a uno de tres sus compañeros restantes para rematar el grupo de seis que llegarán a la final. Contra todo pronóstico no fue Iván el elegido sino Mimi, lo que hasta ese momento era una justa decisión se tuerce al meter entre ellos a una Mimi notablemente más floja que sus compañeros.

Chipper votó por Mimi, Manu votó por Virginia y Pablo por Iván. Quedaba tan solo el voto de Sandra, que ya conocemos. Una lástima que Iván tenga que medirse con 'miss tembleque', la concursante que siendo más periquito que jirafa en las galas parece más bien una cabra de voz bamboleante. Sé que la comparación puede herir suceptibilidades pero es que lo de Evaristo se me está pegando. Aún así soy más sensible que este, así que ofrezco mis más sinceras disculpas a las cabras.

Mañana ya me portaré bien, lo prometo.