Todo empezó como una broma, en la que todos se reían. El primero en enfadarse fue Elías, a quien no le sentó nada bien que sus compañeros lo tiraran al jacuzzi; pero tras la bronca, lo pensó bien y decidió que, ya que no podía con sus enemigos se uniría a ellos.
Así, , entre broma y broma, cogieron a y lo tiraron al agua. Pero el granadino, que al principio se lo tomó muy bien, cuando se dio cuenta de que además de él, también se había remojado su mp3 puso el grito en el cielo. Después le tocó a , que luchó como una jabata para impedir que sus compis la lanzaran al jacuzzi, pero luchó sin suerte porque terminó en el agua. Elías , Samuel y ElíasSamuelJon Ángel Capel Silvia
A la hora de la cena, tanto Ángel como Silvia dejaron claro que la broma del jacuzzi no les había gustado.
Ángel Capel : ¡Al que echen el miércoles que me dé su mps! ¡Porque me han tirado con el mp3 en el bolsillo!
Silvia : (A Elías) Y luego éste se enfada porque lo tiran, pero tú bien que tiras
Samuel : Hija, que es agua no ácido sulfúrico ni nada de eso
Ángel Capel : ¿Ahora cómo trabajo yo sin mp3?
Elías : Eso no es mi culpa
Ángel Capel : ¿Cómo que no es tu culpa?, ¿entonces por qué me tiras?
Elías : ¿Te he tirado yo, te he tirado yo?
Ángel Capel : ¿Y quién me ha tirado?
Elías : Te hemos tirado todos
Ángel Capel : ¡Pero entre ellos estabas tú!
Elías : ¡Pero entonces no te dirijas solo a mí!
Ángel Capel : No me dirijo a ti, me dirijo a él, a él, me dirijo a todos
Elías : Entonces, ¿para qué has dicho mi nombre
Ángel Capel : Porque eres tú el que está hablando
Elías : No, yo no estoy hablando solo
Ángel Capel : Nadie está hablando, eres tú el que me está contestando
Elías : Yo he venido aquí y tú estabas hablando
Ángel Capel : Eres tú el que me ha contestado, no me ha contestado ni él, ni él,
Elías : Es que cuando tú hablas sí, y nosotros no tenemos derecho a hablar
Ángel Capel : Venga, ya está Elías: Ya está no, aquí hay que escuchar a todo el mundo. ¡Y no me faltes el respeto, eh!
Ángel Capel : ¡Pues, cállate!
Elías : Oye, a mí no me mandes callar, ¡yo me callo cuando quiero yo!
Jon : (A Silvia) No me odies, ¡por fi!
Silvia : No, si ya te odiaba antes, no te voy a odiar ahora el doble, pero que no cambia mucho la diferencia
Parece que la cosa no terminó aquí, después Silvia le tiró agua a Samuel y este la amenazó con que se la devolvería más gorda. Con el panorama así, a ver como termina esta guerra del agua.