El repaso definitivo a 'Gran Hermano': por qué nos conquistó cada edición (de 'GH7' a '11')

Ramón Azcárate 14/09/2017 14:09

'Gran Hermano 7'

Dos nombres: Pepe Herrero e Inma. Pepe Herrero es uno de esos concursantes perfectos que tiene un plan, que siempre tiene una respuesta, que parece conocer los movimientos de los demás y que sabe perfectamente a quien tiene que unirse. Un intelectual de un formato al que la intelectualidad no le aporta nada porque nunca la ha necesitado. Una parte enorme del público lo ama. El que esto suscribe no se encuentra en ese grupo. Luego está Inma. Inma es impulsiva, faltona e imprevisible. Le encanta el oro, disfruta, ella es de todo o nada, fan de los bodies color kiwi y el pelo teñido rubio platino. Le encanta lo barroco y afirma que que la llamen travesti es un halago. Un ser de luz, una adelantada a su tiempo en su reivindicación de la diferencia y la personalidad. ¿Qué pasó? Que Inma duró menos de un mes y Pepe Herrero ganó. En fin. Siempre nos quedará el vídeo de presentación de Inma, una pieza de videoarte que ya le gustaría a Matthew Barney.

'Gran Hermano 8'

Recoraremos siempre esta edición por ser la que llevó a la televisión a Dani Rubio, uno de los concursantes más polémicos y contestatarios de la historia del formato. A su manera, Dani era también uno de los que tenían más personalidad. Pero su papel ya había sido tomado anteriormente por alguien llamado el Yoyas a cuya sombra era imposible que creciese nada. Demasiado tarde.

'Gran Hermano 9'

Que una gótica llegada de A Coruña y además como concursante sustituta se alzase ganadora es motivo suficiente para justificar la existencia de esta edición, además de haber conocido a las fascinantes gemelas Conchi y Pamela, naturales de Los Palacios (Sevilla) y que durante unos días tuvieron que hacerse pasar por la misma persona. 'Gran Hermano 9' también nos dejó a Amor, mujer transexual que gozó de un inmerecida fama por tirar piedras sobre su propio tejado y despotricar de otras mujeres transexuales y que disfrutaría de una longevidad como personaje televisivo que aún no comprendemos, y a Piero Righetto, rompecorazones italiano que poco después sería fotografiado dándose un baño con Demi Moore en Los Ángeles (ahí es nada).

'Gran Hermano 10'

¿Ha conocido alguna vez 'Gran Hermano' un ganador menos carismático que Iván? ¿Alguna amistad más aburrida que la que este tenía con Chiqui? ¿Un histrionismo más cansino que el de Germán (aunque el hecho de que fuese el "mayor fan de Jim Carrey en España" hizo que lo amásemos de forma automática)? ¿Un matrimonio cuyas desavenencias nos interesasen menos que los de Carlos y Gema? Entre las cosas que hay que celebrar de esta edición es que nos dejó a Julito, "el de la casa, el de siempre": formó un efímero grupo musical con el fascinante Javier Palomares (que se adelantó a Mario Vaquerizo a la hora de poner de moda la pluma entre los heterosexuales) y tuvieron que leerle unas ciento veinte veces una hoja con una prueba semanal sencillísima porque, sencillamente, no entendía nada.

'Gran Hermano 11'

En resumen: el mejor. El mejor, el mejor, el mejor. Con 'Gran Hermano 11' se alineraron los astros para meter en la casa a la gente más increíble que habíamos visto nunca. Aquello empezó muy, muy alto con la expulsión disciplinaria del violento actor argentino Gonzalo. También trajo a nuestras vidas a Nagore Robles, una de las que mejor aprovechó su paso por el concurso para mantenerse como presencia televisiva constante. Y a Carolina Sobe, que demostró a España que "¡maricón!" no es un insulto sino una interjección ("maricón, qué frío") y que trataba en femenino a todos los concursantes e incluso a todas las cosas. Una ser de luz. También a Arturo, alias pito duro, que se acostó con dos mujeres dentro de la casa (Indhira y Tatiana) e intentó tirarle los trastos a una tercera (Carol). Y Tatiana, qué decir de ella, una rusa que aprendió más rápido que nadie todos los tacos del diccionario español (nuestra favorita: "me lo paso por la rajeta de todo mi coño"). Y Pilarita y Saray, las madre e hija ferrolanas que dejaron para la posteridad la siguiente canción:

Un, dos, qué guapa que soy, qué tipo que tengo, qué buena que estoy

Con mis encantos me ligo a unos cuantos, con mis senos puros y bellos soy la pasión de mis plebeyos (¿?)

Y con mis caderas, produzco las ojeras (¿?¿?)

Gerardo, que había intentado conseguir la fama grabando un single llamado "Chupito de amor" (¿?¿?¿?) se convirtió, probablemente, en el concursante más desquiciante de la historia del concurso y su falso romance con Saray fue una de las cosas más incómodas que se han visto en la tele. Finalmente ganó Ángel. ¿Lo recordáis? Ya. De todos modos: fue maravilloso, fue histórico. Ojalá lo editen en Bluray.

... Continuará: El repaso desde 'Gran Hermano 12' a 'GH17' sigue en Outdoor