La dueña del local donde tenía la sala Amador Mohedano niega que el problema haya sido con la licencia de apertura. Asegura que ha tenido que cambiar la cerradura “porque las cosas no han salido como se pensó” y añade que Amador debe “aproximadamente 10.000 o 12.000 euros”. Por otro lado, Kiko Hernández aseguraba que los objetos de Rocío Jurado que estaban en el interior de la sala siguen ahí: “Si no paga lo que dicen que debe y arregla el tema de las cajas, esos objetos de Rocío Jurado se quedarán ahí y se pondrán a la venta”.