Tamara Gorro fue la 'gavilana' que susurraba a los caballos en 'Adopta un famoso'
Haciendo gala de que la naturalidad es algo que no deja solo para sus redes sociales y su familia virtual, Tamara Gorro se trasladó 24 horas al campo en 2010 para vivir una experiencia de lo más rural en 'Adopta un famoso'. La ex tronista que también fue modelo y pisó las pasarelas para después estar buscando el amor en el trono quería aparcar la ciudad por unas horas y respirar aire puro y... ¡vaya, si respiró!
Para su escapada de granja escuela Tamara Gorro escogió un vestuario de lo más apropiado compuesto por gafas de sol al más puro estilo fashion victim y un chaleco print de leopardo. Tal vez pensó que así se integraría mejor con la fauna, pero resultó que lo que había allí eran caballos y que ella sería durante esas horas la nueva moza encargada de limpiarlos.
No sabemos qué bienvenida se esperaría porque fue bajar del coche y decir un categórico "aquí huele a mierda". Así de delicada llegaba ella. Debía ser que en otra vida había estado en otras cuadras perfumadas de Chanel . Pero la familia que la esperaba hizo caso omiso al comentario y bien pronto la metió en faena.
El programa nos dejó un cuadro único. Tamara Gorro dobló el espinazo y limpió las "cacas" de los caballos no sin protestar por la tarea que le habían dejado y después le tocó enseñar su destreza con las tijeras. En esa faceta se la vio mucho más cómoda y como resultado dejó unas buenas melenas peinadas a aquellos caballos. Con todo eso a cuestas todavía no se había parado el cronómetro y le seguían quedando más horas junto aquella familia que le había tocado.
La noche la llevó peor la ex tronista. En un colchón y con el hijo del matrimonio bastante pegado le tocó dormir en las cuadras y la ahora influencer no vio precisamente las estrellas. Esa experiencia fue dura, pero no achantó a la 'mamá molona'. Y haciendo ese último esfuerzo llegó a la mañana siguiente y al momento de las despedidas.
Tamara Gorro había superado su examen rural en 'Adopta un famoso' y se había convertido en toda una 'gavilana' que ya no solo susurraba a los caballos, sino que también los limpiaba.