Almudena se ha llegado a emocionar al comentar los momentos más duros que vivió como gimnasta: “Te alejas de la familia, de tus padres, no crecer junto a tus hermanos…”, son las palabras que lamenta la deportista. Cuenta que con 28 decidió dejar las punteras, y eso que con 20 ya sufrió la etiqueta de “vieja” para su profesión, tras luchar contra prejuicios. “El deporte me ha puesto en evidencia a mí misma, vivir situaciones muy críticas como competir con una ciática o jugármela todo en 90 segundos”.