Salud y Bienestar

Vero Gómez o cómo disfrutar de la verdura sin ser vegetariano: "Hay que superar los típicos traumas de infancia"

Vero Gómez. Instagram @veronicamchef10
  • Acaba de ver la luz la tercera edición de 'Pinch', el primer libro de recetas de la cocinera y creadora de contenido Vero Gómez

  • No es un libro vegano ni vegetariano, aunque la verdura es la protagonista indiscutible de las 80 recetas que aparecen en sus páginas

Compartir

Todo el mundo sabe que Vero Gómez es mucho más que la finalista de un programa de televisión. Antes de convertirse en cocinera profesional (hizo el máster en 'Cocina, Técnica, Producto y Creatividad'del BCC), ejerció como periodista y directora de arte. Pero tras unos años trabajando como creativa publicitaria, decidió dejarlo todo por la cocina. Una decisión más que acertada si nos atenemos a sus hitos más recientes.

PUEDE INTERESARTE

Ha trabajado en el restaurante El Bohío (Illescas), con una estrella Michelin, y ha estado implicada en múltiples proyectos relacionados con la gastronomía: desde impartir talleres, showcookings o clases de cocina hasta organizar retiros de cocina y yoga. Además, asesora a chefs y restaurantes que necesitan de su expertise.

Pero no es por esto por lo que nos hemos citado con esta creadora de contenido que hace tiempo que superó el medio millón de seguidores en Instagram. Hoy hemos venido a hablar de su libro, 'Pinch' (Espasa), que no ha podido tener mejor acogida desde su lanzamiento.

PUEDE INTERESARTE

Este junio lo estuvo firmando durante dos fines de semana consecutivos en la Feria del Libro de Madrid. Y la idea ahora es hacer lo propio en Barcelona el próximo 3 de julio. Y lo mejor de todo es que, tras esa presentación, se está planteando ir en septiembre a Salamanca ("a mi familia le haría muy feliz"). Pero habrá que esperar a la vuelta de verano para saberlo.

'Pinch' ya es una realidad ¿Cómo está reaccionando tu público?

La verdad que la acogida ha sido muchísimo mejor de lo esperado. Es verdad que no tenía muchas expectativas, porque con el tiempo he aprendido que es mejor no tenerlas, pero han respondido increíble. Ya vamos por la tercera edición, se va a empezar a imprimir justo ahora. Cuando abres el libro es muy fuerte porque en la primera página interior pone: Primera edición junio 2025, segunda edición junio 2025 y tercera edición junio 2025 (risas). Solo ver eso ya impacta un montón. Es más, cuando el libro todavía no había salido ya estaban reimprimiendo.

¿Y qué te comentan los que ya tienen 'Pinch' en su poder? ¿Hay alguna receta que la gente la esté practicando más en casa?

Yo creo que, como es verano, eso influye un montón en el tipo de recetas que está haciendo la gente. Y, por suerte, hay un montón de opciones para esta época del año, muchas sopas frías, y eso es lo que más me está llegando estos días. Me da que la gente no tiene como mucha gana de encender el horno ni el fuego (risas). Así que están tirando mucho de cremas, de tiradito, ceviche con pescado, una especie de salmorejo con una ensalada de tomates, la sopa fría de remolacha, la de espárrago...

No es un libro para vegetarianos ni veganos, pero la verdura es protagonista. ¿Siempre te ha gustado o es algo reciente?

Mi relación con las verduras no ha sido siempre la misma. De hecho, de pequeña no tenía una muy buena relación con ellas. Por un lado, porque no he crecido en un entorno rural, cerca de un huerto, no ha habido una cultura vegetal muy fuerte en mi familia, a pesar de que a mis padres les encantaban. Por otra parte, en casa no se cocinaban increíble, la verdad, y en el comedor del colegio tampoco. Yo era de las desafortunadas que se ha pasado la vida comiendo allí, y me he llevado unos cuantos traumas. Así que podemos decir que no había comido verdura de forma consciente y por elección hasta que me vine a vivir a Madrid. Me independicé, empecé a investigar un poco y me di cuenta de lo maravillosas que eran.

¿Le echaste la cruz a alguna verdura en concreto?

Pues mira, no me gustaban nada las judías verdes de mi madre, pobre. A ella le encantaban, pero yo las aborrecía (risas). Y a día de hoy me encantan, la verdad. Pero he tardado en comerlas e integrarlas. Me ha pasado también con los guisantes, son las típicas verduras que se habían quedado ahí un poco apartadas por los traumas de la infancia. Ahora creo que están buenísimas, me encantan.

Entiendo que el producto no ha cambiado nada, más bien la forma de prepararlo.

Pues no te creas, a veces me apetece disfrutar de la simpleza de la patata con judía cocida, sin más. Lo importante es encontrarle el punto de cocción adecuado, que la muerdas y que, aunque siga teniendo mordida, esté tierna. Las judías con tomate que yo recuerdo de mi infancia estaban totalmente pasadas. Te las metías en la boca y era casi como una crema de judías (risas). Así que yo creo que muchas veces, en realidad, no hace falta ponerle tanta magia. Se trata más bien de saber cocinarlas, de darle a cada verdura el punto que necesita. Lo único con lo que yo recuerdo disfrutar de pequeña era la crema de puerro. Aunque también tenía mis traumas porque se quedaban las hebras del puerro, al no estar bien pasada. Así que no te puedo decir que las disfrutase un montón, pero sí que me gustaba el sabor. Y la crema de calabacín también me encantaba. Creo que solo disfrutaba las cremas porque estaban trituradas, ahí no había punto de cocción.

¿Y alguna elaboración con verdura que se te siga resistiendo?

La menestra nunca me han gustado, se me atraganta un poco (risas). Y además es una receta más complicada de lo que parece. Y otra verdura con la que no consigo avanzar es la alcachofa. De hecho, no está en el libro, y es un poco raro porque es una verdura que suele estar en todas las casas. Pero es que no se me da del todo bien cocinarla, aunque me encantan guisadas, hago un guiso buenísimo con ellas. Lo que también me ocurre es que no me dan mucho juego a nivel de creatividad. Creo que una alcachofa está rica así, tal cual, sin mucho aderezo extra. Por eso no encajaba muy bien con el concepto del libro.

¿Hay trucos, así en general, que valgan para cocinar todo tipo de verduras?

Sí, claro. Es curioso porque el primer nombre que salió para el libro era 'Todo puede estar rico', incluida la verdura. Esa era la primera idea porque era hacia donde queríamos ir. Queríamos que la gente entendiese que realmente todo puede estar rico. Añadir elementos de sabor, ya sea a través de hierbas aromáticas, de especias o de sal me parece siempre una gran opción a la hora de cocinar verduras. Ojo, que muchas veces pasa que la gente no echa sal, por eso las cosas no saben. Y luego hay que estar probando todo el rato. Porque al final el punto de cocción de una verdura lo vas a clavar si estás atenta y vas probando. Ese es para mí el mejor consejo. Y el objetivo es que dejes de cocinarlo cuando hayas comprobado que tiene la textura que a ti te gusta, porque no tiene que ser la misma que me gusta a mí. Pasa algo parecido con la pasta. Yo siempre doy temperaturas y tiempos aproximados, pero la cocina hay que verla y escucharla.

¿Y qué tal se les está dando a tus seguidores? Supongo que te envían fotos de lo que cocinan en casa.

La verdad que la gente es súper maja, estoy continuamente recibiendo fotos. El otro día me dijo un chico que había invitado a cenar a sus amigos y había hecho como seis recetas del libro, todas para compartir. Y precisamente de esto va un poco el libro, de juntar a la gente alrededor de la mesa. Es de las cosas que más ilusión me hace, que alguien que no cocinaba, o cocinaba muy poco, se atreva a preparar la comida para unos amigos. Me parece súper ilusionante porque no es fácil realmente hacerlo por primera vez.

¿Hay algo que hayan echado en falta?

Pues el otro día alguien me preguntó por qué no había postres y le contesté en Instagram. Fue una decisión tomada de forma consciente. Decidí que no iba a haber postres porque me distraía un poco del concepto, que es poner el vegetal en el centro. Y aunque a mí me encantan los postres con vegetales, porque se pueden hacer cosas increíbles, siento que no es algo que esté al alcance de cualquiera. Lo veo más como algo de restaurante, tipo Pabú. No te vas a poner a hacer un postre con coliflor en tu casa, me parecería rarísimo. Sé que es algo que se puede hacer, pero no sé si lo veo para alguien que cocine en casa.

¿Qué haces ahora en el tiempo que antes le dedicabas al libro?

En realidad lo que no sé es cómo llegué a sacar tanto tiempo para hacer el libro. Porque ahora estamos súper liadas, cerrando la época de eventos. Después de uno que tenemos en julio, cerramos la temporada. Ahora mismo estamos a tope con eso y, obviamente, con el contenido en redes.

¿Te ha dado por pensar en la temática de un posible segundo libro?

¡Ni de coña! (risas) No me he puesto todavía a pensar en el siguiente, pero probablemente usaría alguna de las ideas a las que tuvimos que renunciar. Ojalá pueda retomarlas en algún momento. Igual me estoy adelantando, pero creo que no haría un 'Pinch 2.0' porque tiene suficiente personalidad para estar solo. Así que iría a algo totalmente diferente.