Un inmenso mar de neumáticos en Seseña

Este inmenso mar negro, situado a tan sólo 400 metros de una zona urbana, no es otra cosa que un vertedero de neumáticos. El más grande de Europa. Cinco millones de neumáticos, acumuladas desde el año 1999. La superficie de doce campos de fútbol, con pisos de hasta tres metros de altura, de ruedas abandonadas. Un peligro potencial. Estas imágenes corresponden a un incendio que afectó a este verano a 12.000 toneladas de ruedas. En este cementerio habría que multiplicar por ocho sus efectos. Un incendio obligaría a evacuar al menos 11.000 viviendas y provocaría cortes en el tráfico aéreo. Pero hay más, porque la acumulación de agua de lluvia en los neumáticos ayuda a que proliferen los mosquitos. Ocho años de litigios e incumplimientos empresariales tienen la culpa. La empresa Disfilt obtuvo un licencia municipal para reciclar los neumáticos en 2003. En realidad, se dedica a acumular ruedas, no a reutilizarlas. Así que tras ocho años de multas el Ayuntamiento retira la licencia y solicita al juzgado ayuda para gestionar las ruedas. En 2011 ya con la autorización judicial conseguida y calificadas las ruedas como bienes abandonados, el nuevo gobierno popular toma las riendas. Y en 2013, comienzan a retirarse las ruedas. En el vertedero aún quedan 90.000 toneladas extendidas entre Castilla-La Mancha y Madrid. Por eso, la próxima semana se reunirán junto con el Ayuntamiento en el Ministerio de Medio Ambiente. Se trata de buscar una solución global para acabar con este cementerio en tres años.