Es la noticia que miles de personas estaban esperando, y ahora por fin ha llegado. Porque Victoria Esperanza, a sus seis años, poco necesitó para conquistar, con su enorme sonrisa, a toda una comunidad. Ella pidió ayuda para poder vivir, y todo el que se encontró con ella, reaccionó. Así que, en poco más de un mes, esta pequeña sevillana (también un poco malagueña), ha encontrado a un donante de médula compatible. Algunas la llaman Victoria y otros Esperanza. No importa, hoy sus dos nombres se han unido para cobrar más sentido que nunca. "Todo llega. Dicen que lo bueno se hace esperar y que la fe mueve montañas", dice Mar, su madre. Y montañas es lo que ha movido esta pequeña que padece una leucemia linfoblástica B. "Tenemos donante", repite insistente como si necesitara creer que es real y que su hija tiene ahora una oportunidad por delante. "Nunca dejes de soñar, porque la esperanza siempre está con todo el que la necesita, por fin llegó el milagro esperado". Son las palabras de una madre que encabezó una campaña masiva pidiendo donantes de médula para su hija, en el momento más duro para ella y en el que menos fuerzas tenía. Lo han conseguido. Hoy, esa ola de solidaridad ha tenido su recompensa. "Gracias a todos los que habéis donado". Victoria fue diagnosticada en 2022. En 2024 tocó la campana en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla para celebrar el final de su tratamiento, pero la enfermedad volvió y con ella una carrera contrarreloj para encontrar un donante. Su madre no ha dejado de luchar. "El tratamiento no está funcionando todo lo bien que se esperaba, quizás porque su cuerpo ya se ha acostumbrado o porque la enfermedad ha venido más agresiva", contaba entonces Mar. La respuesta fue inmediata y hermandades, clubes deportivos, ayuntamientos y miles de personas anónimas se unieron a su causa. En redes sociales, el nombre de Victoria Esperanza se convirtió en sinónimo de unión y solidaridad. "Me consta que la gente joven está acudiendo a donar y que poco a poco se van concienciando de que es importante hacerlo", aseguraba la madre cuando la campaña empezó a viralizarse. El impacto de esa movilización ha sido tangible. Andalucía lidera hoy las donaciones de médula ósea en España, con el 23,3 % del total nacional, una cifra récord que coincide con los meses en los que la historia de Victoria ha estado presente en medios y redes sociales. Aunque no puede demostrarse una relación directa, el "efecto Victoria Esperanza" ha cambiado la tendencia y ha servido para romper mitos sobre la donación de médula, un proceso sencillo y seguro que puede salvar vidas. Mar lo sabe bien. Cada día recibe mensajes y vídeos de jóvenes donando. "Hay quien me escribe para decirme que lo hace por Victoria, pero también por otros niños y adultos que lo necesitan. Esa es la verdadera victoria", cuenta. El hallazgo del donante supone un punto de inflexión. En los próximos días, los médicos del Hospital Virgen del Rocío definirán los pasos previos al trasplante. Aunque aún queda camino por recorrer, la esperanza se ha instalado de nuevo en la familia. "Nos lo acaban de comunicar y no tenemos palabras para agradeceros a todos los que habéis compartido, difundido y animado a donar. Este movimiento tan bonito ha llegado muy lejos y, gracias a eso, hoy tenemos esperanza", escribió Mar en su publicación. Su teléfono no deja de sonar. Son mensajes de cariño, de emoción y de alivio. Victoria ya tocó una vez la campana del hospital, esa que marca el final del cáncer. Hoy está más cerca de hacerlo de nuevo.