Un 'escape room' en un laberinto de 400 balas de paja, la "atracción" de un pueblo rural de Lleida: "Vienen de toda Cataluña"
Sant Ramon celebra la quinta edición de un laberinto que recibe visitantes de toda Cataluña en verano: "Da vida al pueblo"
Las familias tienen el doble reto de resolver un enigma y de salir del entramado de 400 balas de paja en menos de 30 minutos
LleidaCasi medio millar de balas de paja dan sentido por quinto año consecutivo a un laberinto que convierte a Sant Ramon, un pueblo rural de 500 habitantes en Lleida, en un auténtico atractivo turístico en toda Cataluña. Un lugar encrucijado donde los participantes tienen el doble reto de resolver un enigma y salir del entramado de 400 balas de paja en menos de 30 minutos.
"De pequeño hemos jugado con las balas de paja. Tenemos este recuerdo nostálgico y sirve para reivindicar la payesía y la tierra, que es el paisaje que conforma nuestro carácter", explica a Informativos Telecinco Carmina Marsiñach, miembro de la asociación La Mansa que desde hace cinco años montan un laberinto que agrada tanto a los más jóvenes como a los más mayores.
El proyecto nació a raíz de la pandemia: "Era un buen año porque no podíamos desplazar y no teníamos mucha oferta en la comarca". De este modo, decidieron juntar 400 balas de paja gracias a la ayuda de una empresa de forrajes para montar un laberinto, diseñado por una cooperativa de arquitectos.
"Es como un escape room. Aparte de encontrar la salida tienes que resolver un enigma. Cada año se tiene que descubrir un árbol genealógico de una familia. Intentamos que tenga relación con alguna historia del pueblo o que ayuden a descubrir la comarca de la Segarra y su entorno", añade Carmina sobre un laberinto que esconde la historia de 15 personajes.
Un reto para los participantes, y también para los organizadores que para almacenar las 400 balas de paja han dependido del tiempo meteorológico: "Con la sequía del año pasado, hasta último momento no sabíamos si podíamos abrir porque no sabíamos si tendríamos suficiente paja. Este año no ha habido problema porque ha habido una cosecha excepcional".
En tres días, el laberinto está montado con cada bala de paja de 300 kilos, ubicada en un lugar estratégico: "Cuando entras al laberinto, por los pasillos encuentras imágenes con el nombre de una persona y una pista. Cuando encuentras otros personajes vas ligando las cosas. El equipo participante tiene un árbol genealógico vació en un papel, donde van anotando las anotaciones de los personajes".
Ha tenido un punto de dar vida al pueblo y la comarca
Un auténtico reto que ha llevado a varias personas a acudir hasta el pueblo rural de Lleida desde diferentes zonas del territorio catalán: "Es una atracción turística. El primer año no esperábamos que funcionase tanto. Ahora viene gente de toda Cataluña. El primer día había gente que venía de L’Empordà (Girona) porque lo había visto y aprovecharon para venir y pasar el día aquí. O gente de Barcelona que lo ha visto por Instagram. Ha tenido un punto de dar vida al pueblo y la comarca".
De momento, en el primer fin de semana desde la apertura ya han recibido a 200 personas, mientras que en la edición del año pasado lo hicieron hasta 2.000. Es una actividad muy familiar y también tenemos la versión familiar del juego, con las fotos de los personajes de la familia y los niños tienen que apuntar el nombre en la foto correspondiente", destaca Carmina.
De la diversión al cabreo en pleno laberinto
El juego también deja todo tipo de anécdotas: "Algunas familias se lo toman en serio, discuten y todo. A veces hay este punto de que los niños lo hacen por separado de los padres y a ver quién sale antes. Normalmente tardan más de media hora. Sí que ha habido algún caso de que nos piden que le digamos dónde está la salida, pero nadie se ha agobiado ni ha habido un susto grande".
Un desafío que estará disponible hasta el próximo 14 de septiembre, de jueves a domingo de 18:00 a 22:00 horas, donde el público podrá disfrutar del entorno rural y de un laberinto que hace de la payesía un atractivo turístico.