Crimen

Tor, la localidad de Lleida que se ha convertido en todo un atractivo para los amantes del 'true crime': su historia y sus asesinatos sin resolver

Tor, el municipio de Lleida que se ha convertido en un atractivo para los amantes del 'true crime'. Informativos Telecinco
  • El municipio de Tor, situado en Lleida, se ha convertido en todo un lugar donde peregrinan los amantes del 'true crime'

  • Para algunos vecinos, la atención mediática provocada por los crímenes cometidos en Tor ha supuesto una oportunidad turística

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TorEl 'true crime' se ha convertido en los últimos años en uno de los géneros audiovisuales por excelencia. La curiosidad humana y la atracción por lo macabro ha hecho que este tipo de contenido se vuelva todo un éxito en las plataformas de vídeo, audiolibros y podcasts.

Contando con la atracción por el 'true crime', otro de los hobbies que ha crecido exponencialmente han sido las excursiones y los viajes a lugares relacionados con este tipo de género. Es decir, los curiosos y los amantes de los crímenes han puesto de moda un nuevo tipo de viaje y de ocio que muchas localidades y empresas están explotando.

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De esta forma, algunos pueblos y barrios de la geografía española en los que se han cometido crímenes han visto una nueva forma de negocio y han puesto en marcha diferentes actividades como excursiones y viajes con las que los lugareños muestran los rincones dónde se cometieron estos delitos. Así, aprovechan para fomentar la economía, la gastronomía y la hostelería del lugar.

Una de estas localidades que ha aprovechado los crímenes que desgraciadamente se produjeron entre sus calles ha sido el pequeño municipio de Tor, un rincón perdido del Pirineo leridano que pertenece al municipio de Alins, en la comarca del Pallars Sobirà.

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Con apenas una docena de casas y a casi 1.700 metros de altitud, la aldea ha pasado de ser un pueblo prácticamente desconocido a convertirse en un destino solicitado por quienes siguen historias de crímenes y leyendas rurales. 

La historia de Tor, el pueblo marcado por sus tres asesinatos

Formado por poco más de 13 familias, la localidad de Tor ha sido conocida por su ubicación remota en los Pirineos, cerca de la frontera con Andorra. Su perfecta localización alejada del ruido de las grandes ciudades y pegada a la frontera con Andorra hizo que esta aldea se convirtiese en una zona clave para el contrabando durante décadas (especialmente a finales del siglo XIX y principios del XX).

Estas 13 familias propietarias del pueblo se organizaron desde finales del siglo XIX y durante buena parte del XX, como copropietarias de esas tierras comunales. Con esta organización, los escasos habitantes de la localidad se dividían el control de la montaña comunal circundante.

Hecho por el cual comenzaron a surgir episodios de odio, envidia y pleitos judiciales entre vecinos que duraron más de un siglo. Y es que la tensión latente entre los habitantes de la localidad catalana estalló en múltiples ocasiones con varios episodios violentos, desatando tres asesinatos entre 1980 y 1995.

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Los dos primeros asesinatos se produjeron en 1980 cuando dos hombres que trabajaban como guardaespaldas o personas de confianza de Josep Peraire, alias 'Palanca' y vecino de la localidad, fueron asesinados a tiros.

Según las investigaciones policiales, los autores de estos crímenes fueron los guardaespaldas contratados por Rubén Castañer, un promotor inmobiliario de Barcelona que, asociado con el bando rival del 'Palanca', pretendía construir una urbanización o una estación de esquí en la montaña.

Sin embargo, el último asesinato y el que ha dotado de gran fama a la localidad pirenaica entre los seguidores del 'true crime' ha sido el de Josep Montané (más conocido como 'Sansa').

Un asesinato que ocurrió en 1995, que aún permanece sin resolver y que puso al pueblo en el foco mediático. El crimen que acabó con la vida de 'Sansa' empezó a fraguarse con la sentencia de un juez en la que reconocía a este hombre como único heredero de la montaña.

La decisión judicial provocó la cólera de parte de la aldea y abrió una nueva etapa de rencillas entre sus vecinos. A principios de julio de 1995, el cuerpo sin vida de 'Sansa' apareció en una zona boscosa y de difícil acceso de la montaña de Tor, cerca de la frontera con Andorra, enterrado superficialmente y con un cable enrollado en su cuello.

La investigación policial se centró en los vecinos con las que 'Sansa' había mantenido disputas y con los contrabandistas con los que trabajaba. Según fue avanzando la investigación, los policías situaron como principales sospechosos a dos jóvenes contratados por 'Sansa' para vigilar la montaña. Posteriormente, los agentes también centraron la investigación en un tercer hombre, un guarda forestal de Andorra.

A pesar de las detenciones y las sospechas, el caso nunca se pudo probar en los tribunales por lo que los sospechosos fueron liberados por falta de pruebas concluyentes y el asesinato quedó impune.

El crimen que ha desatado la locura de los amantes del 'true crime' por esta aldea catalana

La falta de una resolución judicial y la convivencia entre los testimonios contradictorios de sus vecinos han contribuido a que el caso siga envuelto en dudas y sea todo un atractivo para los curiosos. 

Además, la muerte de 'Sansa', cuya autoría nunca quedó aclarada, se ha convertido en el crimen de Tor que más ha resonado en los medios y que dio pie a investigaciones periodísticas sobre la localidad durante años. 

Una de las investigaciones más conocidas ha sido la de Carles Porta, que durante décadas ha seguido el caso y ha producido piezas audiovisuales y literarias sobre la localidad pirenaica. Este trabajo de documentación y de investigación se ha trasmitido a través de la televisión y de las plataformas de 'streaming', multiplicando las visitas de curiosos y viajeros interesados en la narración del suceso. 

Los vecinos de Tor, divididos

Los crímenes de Tor y sus investigaciones han hecho que los amantes del 'true crime' centren sus miradas en esta pequeña aldea animándoles a organizar excursiones y escapadas para conocer sus calles y sus bosques.

Para algunos vecinos, la atención mediática ha supuesto una oportunidad: pequeñas iniciativas turísticas, alojamientos rurales y recuerdos vinculados a los crímenes ayudan a sostener una economía de montaña dura y estacional.

Sin embargo, otros denuncian que el fenómeno se ha convertido en una auténtica intrusión con la que turistas buscan el morbo del crimen entre las calles de la pequeña localidad.

En definitiva, en la actualidad Tor se ha convertido en una auténtica atracción turística para todos aquellos amantes del 'true crime' que se sienten atraídos por la historia pasada de este pueblo que cuenta con episodios de contrabando fronterizo, peleas vecinales y asesinatos.