Una invasión de medusas obliga a cerrar las playas de Orzán y San Amaro en A Coruña
Una nueva invasión de medusas ha obligado a cerrar dos playas de A Coruña
Esta plaga de medusas se debe a la subida de la temperatura del mar
A CoruñaUna invasión de medusas ha forzado este domingo el cierre al baño de las playas del Orzán y San Amaro, en A Coruña. Los socorristas advertían del peligro de entrar al agua: «Es una temeridad meterse, te van a picar fijo», afirman.
En la playa de Riazor, de momento, se mantiene la bandera amarilla de precaución, aunque no se descarta que también se prohíba el baño si la situación empeora, ya que la presencia de estos animales marinos va en aumento.
A mediodía, los arenales céntricos estaban "plagados", según el servicio de socorrismo, que alertaron por megafonía sobre el riesgo que supone bañarse debido a la gran cantidad de medusas, entre ellas, peligrosas carabelas portuguesas, que han llegado estos días a la costa.
Aunque la jornada comenzó con cielo nublado y menor afluencia de bañistas, muchos ciudadanos permanecieron atentos a las indicaciones del personal de emergencias, esperando una posible reapertura. Algunos paseantes se acercaron a la orilla para fotografiar las medusas que se quedan varadas en la arena.
Incluso los surfistas habituales del Orzán optaron por no entrar al mar. «Les hemos explicado la situación y han preferido no arriesgarse», señala Nuria Rodríguez, coordinadora del servicio de socorrismo.
Esta situación se repite apenas cinco días después de un episodio similar en la ciudad, cuando miles de medusas Pelagia noctiluca tiñeron de rosa y morado el agua del dique de abrigo. Aunque son más pequeñas que las carabelas portuguesas, de entre 20 y 35 centímetros, su picadura también puede ser muy urticante.
Entre las especies avistadas estos días en las costas coruñesas destacan la Physalia physalis (conocida como carabela portuguesa o falsa medusa), la Velella velella y la ya mencionada Pelagia noctiluca, todas en cantidades poco habituales.
El fenómeno parece estar relacionado con el aumento de la temperatura del mar. Según Santiago Parra, investigador del Centro Oceanográfico de A Coruña, el calentamiento de los océanos permite que especies tropicales como la carabela portuguesa se acerquen más a la costa gallega. «Antes, las aguas frías les impedían alimentarse y acababan muriendo. Ahora, las temperaturas más suaves favorecen su supervivencia y llegada, arrastradas por las corrientes», explica, tal y como indica el diario La Voz de Galicia.